Acudí a la crónica taurina de la prensa española especializada, en busca de una referencia que me sirviera para identificar a uno de los tantos candidatos que el próximo 27 de octubre buscaran el favor del pueblo. Y la encontré.
Es esa que habla de la excelsa condición de algunos toros de libia. En efecto, los periodistas taurófilos hablan del trapío que ostentan los mejores ejemplares de libia. (Tienen trapío, dicen).
Y mirando la lista de candidatos a los cargos de elección popular que se jugaran el pellejo en octubre próximo, encontré también que uno de ellos de nombre Octavio Guzmán es un candidato que tiene trapío.
En la jerga taurina trapío quiere decir que además de la bravura el ejemplar tiene nobleza. Ósea que bravura y nobleza conforman la mejor combinación para hacer del toro el mejor de la raza de libia y el que mejor le responde al torero, que a su vez logra una magnifica faena ayudado por el animal.
Pues bien: Octavio Guzmán es un toro de lidia de la política caucana. Además de su capacidad para envestir posee una nobleza infinita.
Cada caída nunca lo bajo, por el contrario levanto la cabeza y se preparó para las futuras faenas. Con su reciedumbre y su nobleza ha triunfado en todas las que ha intervenido y se ha preparado para asumir la dirección de una de las ciudades más bellas de Colombia: La Vega, Cauca. Su empuje y su decisión respaldados por el afecto que ha logrado obtener de sus amigos y del pueblo en general
Guzmán es de los candidatos que a la hora de la inscripción fue acompañado por un público alegre solidario y respetuoso.
Respetuoso, porque lo han aprendido de su jefe. En efecto nadie puede decir que Octavio Guzmán haya utilizado su personalidad y su actividad política para agredir a las personas o para lanzar afirmaciones tendenciosas. Es un hombre serio, educado, criado en el respetable hogar que formaron sus padres y que fueron también personas de valía, servidoras y civilizadas.
Octavio Guzmán es el alcalde que la Vega en el departamento del Cauca necesita para recuperar su imagen, su prestigio y sus buenas costumbres. Por eso el 27 de octubre culminara una faena durante la cual volverá a demostrar trapío, ósea bravura y nobleza en excelente combinación