Desembarco de las tropas aliadas en Normandía
Este 6 de junio se conmemoraron 80 años del desembarco de las tropas aliadas en Normandía en ceremonia presidida por el presidente francés, Emmanuel Macron, con el presidente de EE UU, Joe Biden; el canciller alemán, Olaf Scholz, y el presidente ucranio, Volodímir Zelenski.
Durante la madrugada del 6 de junio de 1944, bajo la luz tenue del alba, las tropas aliadas, conformadas por 156.000 soldados estadounidenses, británicos, canadienses y de otras naciones, se lanzaron a la mayor operación anfibia de la historia: el Desembarco de Normandía, también conocido como Día D.
Esta audaz estrategia militar tenía como objetivo abrir un segundo frente en la Europa Occidental, para liberar a Francia de la ocupación nazi y acelerar el fin de la Segunda Guerra Mundial.
El plan para el Día D era ambicioso y complejo. Las tropas aliadas debían cruzar el Canal de la Mancha, una barrera natural de 38 kilómetros de ancho, y desembarcar en las playas de Normandía, fuertemente fortificadas por las fuerzas alemanas.
El éxito de la operación dependía de una sincronización precisa entre las fuerzas terrestres, marítimas y aéreas. Durante meses, los aliados prepararon el Día D con meticuloso detalle.
Se construyeron maquetas a gran escala de las playas de Normandía para que los soldados pudieran entrenar en condiciones realistas. Se diseñaron nuevos vehículos anfibios y se desarrollaron estrategias para superar las defensas costeras enemigas.
La hora del desembarco
A las 4:30 horas de la madrugada del 6 de junio, las primeras oleadas de tropas aliadas comenzaron a desembarcar en las playas de Normandía. La resistencia alemana fue feroz, y los primeros momentos de la operación fueron caóticos y sangrientos.
Sin embargo, gracias a su superioridad numérica, a la potencia de fuego de sus barcos y al apoyo aéreo, los aliados lograron establecer una cabeza de playa y avanzar hacia el interior de Francia.
El Día D fue un éxito rotundo para los aliados. A pesar de las bajas sufridas, lograron abrir un segundo frente en la Europa Occidental y sentaron las bases para la liberación de Francia y el eventual colapso del régimen nazi. La operación marcó un punto de inflexión en la Segunda Guerra Mundial y acercó a los aliados a la victoria final.
El Día D tuvo un impacto profundo en el curso de la Segunda Guerra Mundial. La apertura del segundo frente en Europa Occidental obligó a Alemania a desviar tropas del frente oriental, con lo cual debilitó su posición en la Unión Soviética. Además, el éxito de la operación inspiró a la resistencia francesa y aceleró la liberación del país.
El Día D sigue siendo una fecha conmemorativa importante en la historia de la Segunda Guerra Mundial. Es un símbolo de la valentía, el sacrificio y la determinación de los aliados en su lucha contra la tiranía nazi. La operación también sirve como un recordatorio de la importancia de la libertad y la democracia.
Un código definido como Día D
El término “Día D” era el código militar para el comienzo de una operación importante, siendo la primera “D” la abreviatura de “Día”. Esto significa que el Día D significa en realidad ‘Día-Día’.
Según la Real Legión Británica, la frase “Día D” se utilizaba con bastante frecuencia antes de la invasión aliada de junio de 1944. Sin embargo, después de ésta, ambas se convirtieron en sinónimos y ahora se entiende comúnmente que el Día D se refiere al comienzo de la Operación Overlord.
El Día D fue testigo de una cooperación sin precedentes entre las fuerzas armadas internacionales, con más de dos millones de soldados en el Reino Unido para preparar la invasión, según los Museos Imperiales de Guerra (IWM, por sus siglas en inglés).
La mayoría de estas fuerzas eran estadounidenses, británicas y canadienses, informa el IWM, pero también llegaron soldados de Australia, Bélgica, la República Checa, Francia, Grecia, los Países Bajos, Nueva Zelandia, Noruega, Rodesia (actual Zimbabue) y Polonia para participar en la Operación Overlord.
Las fuerzas estadounidenses fueron destinadas a la playa de Utah, en la base de la península de Cotentin, y a la playa de Omaha, en el extremo norte de la costa normanda. Posteriormente, los británicos desembarcaron en Gold Beach, seguidos de los canadienses en Juno y, por último, los británicos en Sword, el punto más oriental de la invasión.
Conmemoración con un enemigo
La conmemoración del Día D tiene su propia historia. Para los antiguos aliados occidentales, el 6 de junio pronto se convirtió en una fecha conmemorativa. Los veteranos, la reina británica, los presidentes estadounidense y francés, y otros jefes de Estado y de Gobierno, asistían regularmente a las ceremonias en Normandía.
Durante mucho tiempo, no hubo lugar para los representantes alemanes. Ellos mismos lo vieron así. El canciller Helmut Kohl dijo en 1984: “No hay motivo para que el canciller alemán celebre cuando otros celebran su victoria en una batalla en la que decenas de miles de alemanes murieron de forma terrible”. De todos modos, él tampoco había sido invitado.
Poco a poco, sin embargo, se fue imponiendo la narrativa de que “el desembarco en Normandía fue también el principio del fin del Reich alemán y, por tanto, también el principio de la democracia en Alemania”.
El primer canciller alemán que asistió a las celebraciones fue Gerhard Schröderen 2004, y hoy ya no se cuestiona la participación del jefe de Gobierno del antiguo enemigo, Alemania.