Mi mamá Maruja mi bisabuela –que en paz descanse- utilizaba mucho los refranes. Para cada situación de la vida acudía a estas frases populares o de sabiduría popular.
Ella siempre concluía o resumía su visión de un problema con algún refrán. Yo terminé siendo como ella, cada vez que me ocurre algo acabo etiquetando el asunto con un proverbio o con una frase de sabiduría popular, esto que está sucediendo en la oficina de prensa de la administración municipal es la tapa que le faltaba a la olla de la alianza de Juan Carlos Muñoz.
“El que nunca ha visto a Dios, cuando lo ve se espanta”, es una de esas frases que se ha acuñado a lo largo del tiempo y que se ha incorporado en el decir de la gente cuando alguien ha ascendido muy rápido en la escala social, cuando ha sido investido de algún cargo importante o cuando simplemente le ha llegado la fortuna económica de improviso, así le sucedió a la actual jefe de prensa que se olvida que bajo del último piso del despacho de un gran señor como es Octavio Guzmán pero parece que no aprendió nada de su humildad y don de gente, hoy por estar ostentando dicha investidura se olvida que fue un golpe de suerte porque entra como cuota de un exconcejal o mejor dicho según dice los Corrillos del Parque Caldas de un exdiputado Infartado que es godo .
Sin embargo, este refrán no se refiere a los “afortunados”, a los que “están de buenas”, alude al que estuvo con suerte pero presume de ello y se convierte en un fanfarrón, en alguien odioso, en alguien que reclama pleitesía de la gente. Piensa que ya ha tocado el sol con las manos; es el típico creído solo que debe ser más humilde para que se vaya enterando esos que en la actualidad están en el equipo de la jefatura de prensa les toco comer bastante mierda como diría nuestro nobel García Márquez, donde laboraron sin sueldo más de tres meses y hasta ahora les firmaron contrato a muchos de ellos hasta octubre simplemente pero eso no recompensa el tiempo que no tuvieron contrato y acá no pueden decir que no por ellos estuvieron en calles , pasillos y demás laborando mientras le llegaba la firma de este contrato , sé que esta con las ganas de mostrar poder pero déjelos trabaja , enseñe sin arrogancia y deje de humillar .
Hay muchas anécdotas de personas que no nacieron en la opulencia o en la riqueza y que a través del esfuerzo o de golpes de suerte se volvieron millonarios. Bien por ellos. Sin embargo, muchos de esos suertudos cambiaron o modificaron su personalidad y se volvieron insufribles. Conozco varios casos de ese talante, muchos ahora son simplemente tan solo los EX de alguna Cosa.
Cuando Fulanito era pobre o no tenía ningún cargo importante saludaba a todo el mundo, era amable, sencillo, dicharachero, espontáneo, querido; pero solo fue que el dinero abarrotara sus cuentas bancarias para que Fulanito dejara de saludar, empezara a ver a los demás por debajo del hombro, o simplemente a hablar como si fuera noble de la corte de Luis XIV. Mejor dicho se volvió un “pión” completo, pero con plata o con posición laboral. A este tipo de personajes alude el refrán en comento algo así está pasando en aquel lugar donde brillaba la armonía que por politiquería se lo tiran como es costumbre por colocar una mediocre más con título porque lo de gente no lo aprendió en la casa .
Gente que no volvió a hablar con sus amigos de gallada, los que lo conocieron cuando no era nadie, los que le prestaron plata cuando aguantaba hambre, los que le ayudaron de mil maneras cuando era un ciudadano más de a pie. Solo bastó que el señor, o la señora, o la señorita, obtuvieran un determinado cargo, honor o recibieran una cifra importante de dinero para que dejaran de frecuentar a esos amigos, para que dejara de meterse con ellos. “Ya no contesta emails de nadie” dicen de él o de ella; “ya no contesta mensajes por Facebook” afirman sobre él o sobre ella. “Ahora se cree muy importante” concluyen sus allegados, o los que lo conocieron, cuando –como dicen popularmente-, no era nadie.
“El que nunca ha visto a Dios, cuando lo ve se espanta”, mejor dicho, como siempre vivió en la pobreza, o en la normalidad, al enfrentar el éxito financiero, profesional o social, piensa que ya lo es todo, que es “la vaca que más muge”, porque no sabe manejar ese éxito; porque no sabe que la vida es un péndulo, y que nunca es siempre de día y tampoco es siempre de noche. No, la vida, el mundo, el universo, están llenos de contrastes, de paradojas, de contrarios, de opuestos. A veces se gana y a veces se pierde; la vida, a veces, le da a la gente muchas cosas para que tenga la oportunidad de ayudar a los demás, de repartir, de ser solidario. Y a contrario sensu, muchas personas pasan por penurias para aprender a vivir con simplicidad, con humildad, a ser felices con poquitas cosas, a aprender a sobrellevar crisis.
Qué lástima la historia que vi recientemente en los medios de comunicación, sobre la historia de un ejecutivo poderoso, que llegó a la cúspide de la pirámide social, que se comportaba como un faraón egipcio en el cargo que ostentaba. Era engreído, no cabía en su ropa; solo se codeaba con gente de plata, coleccionaba relojes y almorzaba en restaurantes de hoteles cinco estrellas nada más. De pronto, la vida le cambió a ese ejecutivo, y de la noche a la mañana terminó en la calle; terminó pobre, enfermo, solo y rechazado. Cuando había “visto a Dios”, era impotable, según afirmaban quienes lo conocieron cuando “estaba bien”; era el ejemplo típico del engreimiento; una vez cayó en desgracia, todo ese engreimiento, toda esa soberbia, se desvanecieron como por arte de magia, y el antiguo ejecutivo exitoso tuvo que salir a la calle a pedir limosna y a humillarse para sobrevivir.
Mi Bisabuela era sabia, uno piensa que nuestros Viejos a veces dicen tonterías, o son enchapados a la antigua; pero cuando uno ve ese tipo de casos en la realidad, piensa que los refranes que ellos repetían tenían algo de verdad; al fin y al cabo esos proverbios son la manifestación de la sabiduría popular, de lo que ha pasado siempre por los siglos de los siglos, de los defectos y virtudes de la humanidad, del drama del hombre a través de los años y de la épocas. ¡Qué linda eras mama maruja, mi bella bisabuela, cómo te extraño! ¡Cuántas verdades decías! Y ojala la oficina de talento humano donde hay un excelente ser humano revise porque incapacitaron una de las OPS por estrés laboral donde la Patrona que llego no cumple aun una semana en el cargo , pilas que aún están a tiempo de cambiarla y colocar a alguien con donde de gente donde nunca olvide que Dios es solo uno .
Como diría la chiquita en taconeada, Aquí se hace lo que yo digo, y como yo digo, y punto