Como humanidad estamos viviendo un momento difícil y peligroso. Estalla la violencia en varios rincones de Colombia, incluso en lugares donde creíamos haber aprendido a evitar recurrir a la guerra para dirimir diferencias.
Con las guerras internas se agrava aún más el deterioro del medio ambiente y se retrasan decisiones urgentes y necesarias para cambiar el rumbo. La necesidad de justicia y reconciliación para alcanzar la paz es cada vez más acuciante. Como humanidad nos encontramos nuevamente en un crítico punto de inflexión.
Necesitamos despertar nuestras energías profundas. Al mirar las sombras que nos rodean tomemos conciencia de los enormes riesgos a los que estamos sometiendo a la vida humana y la vida del planeta Tierra.
Una narrativa distinta es posible. Podemos vivir este momento como oportunidad para ir más allá como personas, como comunidades, como seres bendecidos con el don de la reconciliación, como Humanidad.
Como signo de la esperanza renovada por la experiencia del nacimiento de Jesús , invito a todas las personas comprometidas de corazón con la justicia, la reconciliación y la paz a encender una vela durante este tiempo de decembrino .
Una vela es un símbolo de luz; es un símbolo que ilumina la mirada, ayuda a ver mejor para encontrar el camino. En la tradición cristiana simboliza a Jesús, el crucificado-resucitado.
Enciendan una luz por la reconciliación y la paz en su Iglesia parroquial, en la capilla que frecuentan, en el centro espiritual donde se retiran, en su casa, en su centro social o en su lugar de trabajo…
Esta luz que ahora enciendo estará ardiendo durante el tiempo de Pascua como signo de reconciliación, de nuestro anhelo de paz y de nuestro deseo de participar en la creación de esa narrativa alternativa. Únete a nosotros en ese movimiento.
Queremos evitar la destrucción de la humanidad, del mundo entero. Queremos contribuir a detener la destrucción de hermanos y hermanas entre sí… queremos ayudar a la supervivencia de personas frágiles, madres, padres, hijos, hijas, niños, niñas, ancianos y ancianas… Cada uno de nosotros puede hacer algo. Encendamos esa luz, gesto de esperanza, pequeño e importante; también de protesta por tanta injusticia. Con ello unimos nuestra voz a tantas personas que dicen “basta”…
Juntos pedimos justicia y que brille la verdad. Nos comprometemos a contribuir a la reconciliación que abra las puertas a sociedades de personas que viven en libertad, donde el respeto a la diferencia , exista .