Si damos una mirada al mundo, a quienes lo están dirigiendo, encontramos un común denominador, observamos a líderes o figuras públicas que parecen estar más interesados en su propia imagen o poder que en el bienestar común, personalmente, me da la sensación que el mundo está gobernado por ególatras y en estos días salen mucho candidatos al congreso de ese estilo.
En mi columna así lo expreso, al referirme a un ególatra como una persona cuya esencia, y la superioridad moral se basa en una percepción distorsionada de la propia moralidad, carecen de reconocimiento por la diversidad y complejidad de las perspectivas éticas, ellos los ególatras suelen considerar que sus opiniones y acciones están intrínsecamente ligadas a una mayor virtud moral, que solo ellos poseen, mientras que desacreditan las de los demás como inferiores o moralmente cuestionables.
Esta columna tiene una doble finalidad aclarar mis propias ideas, pues dicen que quien escribe piensa dos veces, y para conversar con otras personas que quieran leerme y regalarme luego su mirada crítica, no tengo la verdad, puesto que hay innumerables y todas son acuerdos temporales de quienes conversan sobre ellas, solo escribo aquí algunos acuerdos a los que hasta ahora he llegado con “mi razón”, lo que si quiero dejar claro que muchos se pondrán sensibles pero por la verdad murió Cristo y esta columna colocara a pensar más de uno donde por ególatras algunos no serán nuevamente congresistas y otros se quedaran saboreando y recordando el poder que ya poseen porque su Ego de grandeza no lo dejaron a tiempo, que curioso en el pasado pasaban por encima de uno y ahora te buscan porque ahora si eres útil, como aquellas personas que ostentan sus cargos de jefes de prensa donde se les olvidan que en cualquier momento se les acaban su cuarto de hora regresando a buscar trabajo porque jamás serán capaces de ser independientes porque sus Ego de Dioses no los deja ver más allá.
La percepción que tengo de los gobernantes y candidatos como «ególatras» puede variar mucho dependiendo de las perspectivas políticas, culturales e incluso personales de cada quien, a lo largo de la historia, ha habido varios líderes que han sido acusados de actuar de manera egoísta o autocrática, priorizando su propio poder o imagen sobre el bienestar colectivo, recordare unos ya fallecidos para no hablar de los actuales, que actúan igual o peor, me refiero a los dictadorzuelos, chafarotes y autócratas; los déspotas, opresores y tiranos, los absolutistas y totalitarios; los caudillos y caciques, todos ellos han argumentado, sostenido, que el Estado, la Empresa o lo que dirigen; son ellos y ¡además se lo creen!
Adolf Hitler (Alemania): uno de los casos más extremos de egolatría en la historia moderna. Joseph Stalin (URSS): gobernó con una mano de hierro, mostrando un egocentrismo extremo al eliminar a cualquier rival dentro de su propio partido y llevar a cabo purgas masivas, Muammar Gaddafi (Libia): gobernó Libia durante más de 40 años, es otro ejemplo de un líder cuya obsesión con el poder y su propia figura llevó a políticas represivas y autoritarias, Hugo Chávez (Venezuela): cultivó una imagen personal muy fuerte y fue criticado por centrar el poder en su figura, se le acusó de usar el poder para beneficiarse a sí mismo y crear una estructura política altamente personalizada y muchos otros que recordare como: Benito Mussolini en Italia, Antonio de Oliveira Salazar en Portugal, Francisco Franco en España, Josep Briz Tito en Yugoeslavia, Nicolae Ceausescu en Rumania, Erich Honecker en la que era conocida como Alemania del Este, Mátyás Rákosi en Hungría, Wojciech Jaruzelski en Polonia, Todor Zhivkov en Bulgaria, Georgios Papadopoulos en Grecia, en fin la historia está ahí y todos ellos a pesar de su poder, también dejaron este mundo.
Los líderes con acusados rasgos narcisistas suelen ser locuaces, valorados por la facilidad con la que se desenvuelven en las relaciones sociales y siempre buscan alcanzar la fama, son muy hábiles en vender sus ideas como innovadoras, incluso sin serlo, con alta capacidad para el engaño y por sus dificultades para aprender de sus errores, anteponen sus deseos a las necesidades de las organizaciones que dirigen y la ausencia de ética, en la actividad política esto es norma en la actualidad existen donde no necesita ser mencionado porque cada salida se convierte en una verdadera comedia.
En situaciones sociales complejas, como las de las crisis económicas, existe una sociedad necesitada de líderes que sean capaces de pilotar la recuperación, y es ahí donde aparecen esos “líderes” capaces de prometer lo que el público está deseando escuchar, son la combinación perfecta, pero estos ególatras una vez hayan conseguido el poder, se ocuparán de aquello que únicamente a ellos o a ellas les satisface: alimentar su vanidad, son los “vendedores de humo” pueden convencer a muchas personas de que él o ella son los que mejor pueden liderar un país o para no pensar tan grande en un municipio en crisis, y las crisis económicas son el terreno abonado para la tormenta perfecta que viene abonando por su poco espíritu de ver una realidad que existe .
Estos son solo algunos ejemplos, pero en todos ellos se puede notar un patrón común: la concentración del poder en una figura central, el uso del control de la narrativa para promover su propia imagen, y una falta de disposición para compartir o delegar el poder.
Los egocéntricos son personas centradas en sí mismas de una manera exagerada, llegan a considerarse el centro del mundo, se sienten más importante que los demás, creen que las opiniones o intereses propios están por encima de los pensamientos ajenos son individuos que se autoproclaman especiales y superiores a los demás, caminan vestidos de arrogancia.
Esta es una pequeña descripción de un ególatra el cual puede tener una personalidad encantadora y comportarse como un déspota a la vez, son aprovechados y manipuladores, al creerse especiales, no aceptan la crítica y menosprecian a los demás, las personas egocéntricas se sienten infalibles, se presentan como individuos seguros y sobrados de autoestima, estas armas las utilizan como mecanismo de defensa porque en el fondo son personas solitarias y llenas de inseguridades, por eso necesitan sentirse adulados y admirados constantemente, se consideran ser poseedores de grandes talentos y habilidades únicas.
Un ejemplo común de superioridad moral puede observarse en discusiones sobre temas controvertidos, como la política, la religión o el estilo de vida, las personas que se sienten moralmente superiores pueden expresar sus opiniones de manera arrogante y despectiva hacia aquellos con puntos de vista diferentes, creyendo que tienen una comprensión más profunda de lo que es «correcto» o «bueno».
Las personas que tienen complejo de superioridad, suelen comportarse de manera condescendiente y a su vez con cierto desprecio por los demás, creen merecer un trato prioritario, pretenden dominar y someter a los demás, tienen un aire de superioridad, está el que nunca pide un favor, exige, utiliza y necesita a los demás para hacer determinadas cosas o conseguir determinadas metas, o el que busca la admiración, el aplauso de los demás y busca llamar la atención, está el que busca la protección ajena, hace del sufrimiento y el victimismo su arma para conseguir la atención de los demás y se siente “digno de compasión”, por este motivo, nunca se hace responsable de sus errores o equivocaciones, sino que proyecta todo esto en los demás, haciéndolos culpables, y siempre es la víctima, el pobre diablo al que siempre le ocurre todo lo malo.
El complejo de superioridad se refleja en la atribución de rasgos inferiores a otras personas, y van arrasando por donde van, tratando mal y denigrando a personas, inflando las propias habilidades, tienen la necesidad de llamar la atención, son de trato desagradable e incluso de burla, exageración y alardeo sobre su inteligencia, habilidades, belleza, etc. y tienen la necesidad de admiración y refuerzo de forma constante, no han aprendido a comunicarse con los demás de forma asertiva, son incapaces de entender que todas las personas tienen virtudes y defectos y que esto no les hace mejores o peores personas.
La vida es un continuo aprender y desaprender sobre muchos aspectos, seguramente en nuestro existir hemos acertado y nos hemos equivocado en muchas decisiones, somos diferentes y somos iguales, no se trata de superiores e inferiores, quizá unos son superiores a otros en algunos sentidos y al mismo tiempo inferior en otros.
Todos hemos conocido a esa persona que se muestra muy segura y alardea de ello, cree que lo sabe todo y que los demás nunca estaremos a su altura, estas personas que son reconocidas por sus aires de superioridad se creen mejores que los demás y a su lado estarán aquellos que los idolatran y que serán sus víctimas.
La modestia no es un rasgo que caracterice a este tipo de personas, pues siempre se mostrarán orgullosas y fardonas de todo lo que puedan para destacar sobre el resto, las personas que hacen Bullying a las demás, no son tan fuertes como parecen, pues necesitan hacer daño a otras para infundir miedo y así hacerse respetar.