Al mirar las estadísticas de más de 88 muertes violentas en barranquilla y el atlántico en lo que va de los primeros 3 meses del año, donde cada vez más, los periodistas nos sentimos amenazados, se viola la vida y la libertad de expresión en la arenosa
Muchos periodistas en riesgo, esto refleja la falla institucional a la hora de combatir los grupos armados que no permiten florecer la verdad. Barranquilla vive una ola de inseguridad que atenta contra a libertad de expresión, la seguridad de sus habitantes, entre ellos, comerciantes e inclusive el sector educativo.
Ante ello, nos toca aguantar la inoperancia de la Unidad Nacional de Protección (UNP). A pesar de ello, el Ministerio del interior y la Defensoría del pueblo han activado las alertas tempranas, pero, los dirigentes del departamento deberían salir realizar controles de esta situación; pedimos urgente a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos a que revisen los casos de muertes y amenazas en el departamento del Atlántico.
Además, se le pide a el Sr. presidente, Gustavo Petro Urrego que, decrete conmoción interior en el departamento del Atlántico. Podemos asegurar los periodistas que cada vez es más difícil ejercer nuestro trabajo, exigimos garantías de seguridad para el mismo, las cuales, no existen.
En el Atlántico hasta los docentes «pagan pato»
Muchos sectores del departamento, los docentes tienen que pagar un peaje o cuota para poder entrar a los colegios a dar clases, pedimos también acompañamiento de los docentes a ejercer su labor en colegios de la periferia de barranquilla, Soledad y el atlántico, están esperando más atentados a los docentes y a periodistas para ofrecer esquemas de seguridad.
En barrios de barranquilla es indispensable mejorar la seguridad a docentes y a periodistas, con entidades tan “paquidérmicas”. Lentas es mejor no declararse víctima porque nunca le responden, en mi caso me declaré víctima por las múltiples amenazas y me dijeron tranquilo en tres meses le respondemos, jamás me llamaron.
Unidad de víctimas se burla de las víctimas
Es una burla la unidad nacional de víctimas, en Colombia. Decir soy víctima lo pone a uno como en una posición de ninguna solución y menos un corredor humanitario que nunca llega, con instituciones así mejor no declararse víctima del conflicto armado.
En estudios de terreno en donde libremente están grupos armados organizados, los periodistas tememos por nuestras vidas, por esta razón solicitamos, los periodistas amenazados urgente a la comisión interamericana de derechos humanos, para revisar la situación de violencia en el atlántico, por lo tanto, pedimos con estas letras donde al ejercer el periodismo ya nos da miedo, pero debemos dar conocer lo que pasa a nuestro alrededor.
Barranquilla y el Atlántico nunca ha sido un paraíso de paz
Barranquilla y el atlántico no es el paraíso de paz, venden algunos la ciudad como la más calmada pero la verdad ya sacar el celular en la calle no se puede, además caminar y sentir los vientos alisios que soplan por estos tiempos en barranquilla ya no se puede porque hay mismo llegan los de las motos y te atracan, hasta cuando los dirigentes llámese, alcalde y gobernador van a dar conocer lineamientos que lleven a mejorar la seguridad en barranquilla y el atlántico.
Decir que barranquilla y en el atlántico se vive en paz, no es la solución para la violencia que viven los barrios del sur occidente y sur oriente, mucho menos la ciudadanía de los municipios del área metropolitana, se requieren políticas a corto plazo para frenar esta violencia, es importante ser más proactivo y buscar opciones de combatir o buscar alternativas de inteligencia. De esta forma dar con la raíz del problema; los medios de comunicación que estamos dando a conocer esta problemática nos vemos sumidos en la presión de estos flagelos de violencia en la ciudad y en el departamento.
Los periodistas independientes y de radios comunitarias merecemos más seguridad en la ciudad a raíz de lo que está pasando en Barranquilla. Se hace necesario para evitar más desplazamientos forzados y transitar libremente tal y como lo ordena la constitución.