Un compañero le puso música, y es una de mis canciones favoritas: «Venid a Mí todos los que estáis trabajados y cargados, y Yo os haré descansar.
Llevad Mi yugo sobre vosotros, y aprended de Mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque Mi yugo es fácil, y ligera Mi carga» (Mateo 11:28-30).
Ese pasaje siempre me ha fascinado, pero hace poco leí una exégesis que arrojó nueva luz sobre esos preciados versículos.El reconocido escritor Philip Yancey expone: «Yo abrigaba la creencia de que el cristianismo resolvía problemas y facilitaba la existencia. Ahora cada vez me convenzo más de que mi fe en realidad complica la vida, «en ciertos aspectos en que debiera ser complicada». Mi fe cristiana no me permite desentenderme de la ecología y el medio ambiente, de la pobreza y la problemática de los sin techo, del racismo y la persecución religiosa, de la injusticia y la violencia.
《Dios no me da esa opción》.
Seguidamente Yancey explica ese conocido pasaje de la siguiente manera:
«Jesús nos ofrece consuelo, pero ese consuelo consiste en asumir una nueva carga, Su carga.
Nos ofrece una paz que trae consigo una agitación que antes no teníamos, un descanso que incluye nuevas tareas».
¿Cuáles son esas nuevas tareas?
Jesús las detalló cuando sintetizó la fe cristiana:
«Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.
Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante:
Amarás a tu prójimo como a ti mismo»
(Mateo 22:37-39).
Amar a los demás como nos amamos a nosotros no es algo que nos nazca, y rara vez es fácil.
No obstante, es uno de los secretos de la felicidad, la satisfacción y el éxito en la vida.
Cuélgate el yugo de Jesús y entrégale el tuyo.
No hay trueque más ventajoso.
Mateo 11:28-30 – »Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su alma. Porque mi yugo es suave y mi carga es liviana.»
Salmos 55:22 – Encomienda al Señor tus afanes, y él te sostendrá; no permitirá que el justo caiga y quede abatido para siempre.
Gálatas 6:2 – Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas, y así cumplirán la ley de Cristo.
Su Pastor
*Carlos Alberto Diaz*
C.A.D