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Alcaldes en revocatoria le apuestan al abstencionismo para quedarse en el cargo

Una cosa en común tienen los alcaldes de los municipios donde se ha formalizado la revocatoria del mandato: Llamar a su gente a no salir a votar. Y parece que la estrategia les está dando resultados.
Así lo hicieron José Luis Nieves, alcalde de El Copey (Cesar) y de Miriam Pardo Carrascal, alcaldesa de Ocaña (Norte de Santander), quienes se quedaron en el cargo gracias que sus respectivos comités revocatorios no alcanzaron la votación mínima exigida.
En esa misma ‘campaña’ entró Darío Echeverri Serrano, alcalde de Barrancabermeja, quien el próximo 18 de junio tendrá que medirse en las urnas. Sus más cercanos amigos aspiran a que los ciudadanos ese día se queden en casa y en tal sentido no se logren los 44.217 votos necesarios, que es el umbral, para que el ‘Si’ o el ‘No’, alcancen su cometido en el referendo revocatorio.
Por ahora la estrategia le dado dividendos a los alcaldes a quienes se les sigue la revocatorio. El domingo anterior, en El Copey eran necesarios 5.839 votantes, pero solo 3.821 copeyanos se acercaron a votar, de los cuales el 88,54% a favor de la revocatoria. Y en Ocaña el alcalde salvó su puesto por un poco más de 1.000 votos, pues para prosperar el proceso de revocatoria en su contra eran necesarios 18.418 sufragios, pero solo llegaron las urnas 17.354, de los cuales el 94 % fueron por el ‘sí’ a la revocatoria.
“Para que el mecanismo prospere es necesario el pronunciamiento popular de la mitad más uno de los votos ciudadanos que participen en la respectiva convocatoria, siempre que el número de sufragios no sea inferior al cuarenta (40%) de la votación total válida registrada el día en que se eligió al respectivo mandatario.”, explicó el Registrador Nacional, Juan Carlos Galindo.
Las cifras a tener en cuenta en Barrancabermeja
En un referendo revocatorio, el alcalde de Barrancabermeja, por ejemplo, puede respaldar el ‘No’ a la revocatoria o puede invitar a su gente a no salir a votar. Pese a que ambas opciones son favorables para el mandatario, ambas tienen pros y contras.
Si Darío Echeverri se decidiera por el ‘No’, los votos de quienes le respaldan se sumarían con los del ‘Si’ para conformar el umbral, que en el caso del Puerto Petrolero es de 44.217, que se deriva del 40 por ciento de los votos válidos de las elecciones de 2015, que fue de 110.543. De alcanzar el umbral, gana el referendo la opción que tenga la mitad más uno de los votos registrados ese día.
Pero Echeverri se decidió por la abstención. Esa decisión la tomó tras conocer los resultados de las elecciones del pasado domingo en El Copey y Ocaña, donde la revocatoria no prosperó por no alcanzarse el umbral.
La abstención es para el alcalde porteño sinónimo de poco desgaste, porque no tienen que incentivar a que la gente salga a votar, tampoco debe conformar comités electorales ni debe ‘gastar’ en transporte y logística el día de elecciones. Y principalmente, porque corresponderá a los líderes de la revocatoria motivar a votar a los ciudadanos, una tarea bastante compleja, teniendo en cuenta que el nivel de abstención en esa ciudad (según las elecciones regionales de 2015) en es del 32 por ciento. Nivel que puede llegar a ser muy superior, debido a que estas son elecciones atípicas, donde históricamente el nivel de abstención puede llegar al doble, especialmente porque hoy tiene el ‘empujón’ del alcalde.
Abstención no es sinónimo de torpedear
Aunque el alcalde en proceso de revocatoria decida ‘jugar’ por la abstención en el referendo como estrategia para sostenerse en el cargo, no significa que todo vale para que los ciudadanos no puedan llegar a las urnas.
La Procuraduría ha anunciado que estará muy vigilante para que las elecciones se cumplan con las garantías para las partes, entre ellos servicios como el transporte público, esencial ese día para que los votantes lleguen a su lugar de votación.
El triunfo en el referendo revocatorio del alcalde de El Copey fue agridulce, debido a que tendrá que enfrentar una indagación preliminar por presunta participación en política durante esta jornada. El ente de control, denunció durante la jornada que hubo un ‘plan tortuga’ que tenía el presunto fin de afectar los resultados.
En El Copey y Ocaña, el referendo se llevó a cabo una semana después de que el Consejo Nacional Electoral (CNE) escuchó en audiencia pública a varios comités promotores de revocatorias, de los 107 procesos que cursan en todo el país y a algunos gobernantes. Allí, los magistrados de ese tribunal electoral no llegaron a un consenso para poder frenar estas dos jornadas electorales.