La Asamblea Nacional de Venezuela, de mayoría opositora, advirtió este martes que el caso del avión retenido en el aeropuerto internacional de Ezeiza, en Buenos Aires, ratifica los estrechos vínculos de la dictadura de Nicolás Maduro con el terrorismo iraní.
Durante una sesión ordinaria de la Comisión Delegada del Parlamento, el diputado Carlos Paparoni indicó que el avión Boeing 747 Dreamliner, con matrícula venezolana YV 3531, es propiedad de empresas iraníes, al asegurar que no hay evidencias de un contrato de venta entre las aerolíneas Emtrasur, filial de la venezolana Conviasa, y Mahan Air.
El parlamentario opositor acusó a Maduro de ocultar ese avión utilizado para transportar armamento: “Cuando vemos quiénes eran los pasajeros, en el caso de los iraníes a bordo del avión, hay que resaltar que no existe un contrato de venta que se conozca. Es Maduro quien tapó un avión que fue utilizado para transportar armamento”.
Asimismo, alertó que los nexos del régimen chavista con el extremismo islámico “cada día se hacen más simbióticos siendo una válvula de tiempo para la desestabilización de todo el continente”.
La película del
vuelo sospechoso
El escándalo del vuelo de Emtrasur que llegó a Buenos Aires el 6 de junio con 19 personas a bordo, cinco de ellos iraníes, sumó un nuevo capítulo con la primera declaración oficial de parte de la tripulación. Entrevistados por la venezolana Orlenys Ortiz, que se describe como comunicadora política, pero que estaría vinculada al chavismo, César Pérez, presidente de Emtrasur; y Mario Arraga, gerente de Finanzas de la empresa, dieron su insólita versión en la que intentaron justificar su presencia en el sospechoso vuelo.
La palabra de Arraga como vocero del grupo de venezolanos sorprendió porque hasta ahora no se sabía que la filial de carga de Conviasa había enviado a un funcionario jerárquico en ese vuelo. ¿Un gerente de Finanzas para un trayecto supuestamente de rutina o de entrenamiento? Pérez, el presidente de la empresa, dijo que autorizó el viaje del hombre administrativo para contactarse con “los enlaces en los aeropuertos” porque era el primer vuelo a la Argentina, pero no dio más detalles, ni la entrevistadora venezolana se los pidió.
Ambos negaron todo tipo de irregularidades aún cuando el ministro de la Secretaría Nacional Anticorrupción de Paraguay, René Fernández, confirmó que al menos un tripulante del avión está vinculado con asociaciones terroristas.
El paraguayo aseguró que el piloto del avión, el iraní Gholamreza Ghasemi, efectivamente tiene relación con la Fuerza Quds, una división de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán. Es más, la secretaría de inteligencia de Paraguay alertó que los demás iraníes seguirán siendo empleados de la aerolínea Qeshm Fars Air, sobre la cual pesan sanciones del Departamento del Tesoro de Estados Unidos por ser propiedad de Mahan Air, también sancionada por EEUU.