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Atentos es una Realidad se reactivan Restaurantes, Transporte aéreo y Templos religiosos

Dentro de la recuperación gradual de la vida productiva, el gobierno del presidente Iván Duque Márquez fijó para el primero de agosto la reapertura de los templos religiosos, los restaurantes y el transporte aéreo, aplicando los más rigurosos protocolos de bioseguridad, la desinfección de los lugares, de los vehículos y de las personas que acuden a los templos, a los lugares de oferta gastronómica y a los aeropuertos, además de reconocer el derecho de las personas mayores de setenta (70) años al libre desarrollo de su personalidad. Volvió a dejar de último el servicio de transporte público de pasajeros, un sector de la economía que representa el motor del desarrollo nacional.
La comisión de expertos que asesora al gobierno nacional, sigue afirmando que el mayor peligro de mortalidad está en los adultos- mayores, cuando las cifras estadísticas señalan que durante esta pandemia la mayoría de las personas fallecidas pertenecen a otros rangos der la especie humana. Los sanatorios mentales, los frenocomios y hospitales psiquiátricos han sido testigos de la mortandad provocada por el aislamiento obligatorio, que causó enorme daño a su salud mental, llegando en muchos casos al suicidio, por lo inaceptable que resulta la pérdida de la libertad. Quien dijo que la vida útil terminaba a los 70 años de edad, cuando en realidad la comunidad científica está llena de personas mayores que le entregan su pensamiento y su inteligencia a la formación de la juventud.
El Ministerio de Salud, cuando informa sobre las cifras estadísticas de la pandemia del coronavirus, se olvida de otras causas de morbilidad, como el cáncer linfático y el sida, cuyas cifras dejaron de contabilizarse hace varios años. Aunque la pandemia del Covid-19 es muy agresiva, es hora que cada persona cumpla con el auto-cuidado y con las normas de bioprotección, tales como el lavado de manos cada tres horas, el uso de tapabocas y guantes, evitando el saludo de mano, el beso en la mejilla para saludar a sus congéneres, las aglomeraciones y las reuniones tumultuarias.
Si ha de llegar lo inevitable, que es la muerte, es hora de practicar la recomendación bíblica: ‘ayúdate que yo te ayudaré’ y evitemos el peligro que representa esta infección catastrófica que ha estremecido al mundo.
Pongámonos a trabajar porque es mandato divino según el cual, ‘el que no trabaja no come’ y dejémonos de pendejadas, de tanto consentimiento como si las personas mayores de 70 años fueran unos trastes viejos, que deben arrumarlos en la trastienda, donde nadie los vea, como una especie de proscritos de la sociedad, que le hacen estorbo a las nuevas generaciones.
En la casa paterna de cada colombiano y de cada caucano, el respeto por los adultos mayores, por su sabiduría, por sus experiencias y conocimientos, fue siempre una religión.
El señor Presidente Duque está obstinado en aplicar una medida de aislamiento obligatorio, que destruye la ilusión, que elimina la esperanza y el deseo de vivir. Por eso la gente se suicida, porque no resiste el encierro en casa, cuando fueron estos adultos mayores ejemplo de trabajo y de superación. Esta terca posición del señor presidente, que quiere aparecer ante la opinión pública como el divino protector de los ancianos, le ha provocado un inmenso desgaste político.
El médico cardiólogo Jaime Calderón Herrera, que hace parte de los equipos de trasplantes de corazón en una de las prestigiosas clínicas de Floridablanca en el departamento que me vio nacer, Santander y que para fortuna es un cirujano de gran valía, le ha recordado al señor Presidente que la mayoría de los buenos médicos están en el límite de la tercera edad, donde la sabiduría fluye en el catálogo de experiencias y recuerdos acumulados a través del proceso de superación humana.
La desesperación y la crisis emocional de personas encerradas en sus casas y apartamentos están provocando muchos accidentes cardiovasculares, muchas crisis mentales, muchas muertes, que las estadísticas oficiales ocultan en los informes que entregan al primer mandatario de la nación. Como decimos y recordando a mi abuelo JAIME MOSQUERA GOMEZ, cuando compartíamos la mesa de la sala, jugando ajedrez, “tiene GADEJO el señor presidente”, lo que si queremos destacar es que debemos ser verdaderamente «Pilosos» y tomar medidas de Proteccion para que el virus no llegue de manera Pronta a tu hogar , al menos darle tiempo a la creacion de la vacuna que lo acabe finalmnete .