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¡Bienvenida Democracia!

Este domingo fue el día de la democracia, de las decisiones. Los colombianos fuimos a las urnas a expresar nuestra opinión, votando en conciencia, sin imposiciones ni presiones, pensando en el bien común. Bienvenida democracia, la voz del pueblo se escuchó en todos los confines de Colombia como una plegaria de reconciliación; es como un poema a la libertad, una canción a la verdad, una obra de arte para dirigir los pueblos, una melodía de paz, una sinfonía a la justicia, una conquista de la fraternidad.
Bienvenida democracia, te queremos sin ropajes de colores, vestida del color de la bondad, ceñida con el cinturón de la caridad, revestida con la túnica de la esperanza, cubierta con el velo de la honestidad. Bienvenida democracia, para muchos una utopía, para otros, falsedad, para los ciudadanos convencidos, el camino a la libertad, la justicia y la paz.
Te queremos democracia, sin maquillaje, sin doblez, sin demagogia, sin pesimismo, sin vanaglorias humanas, sin esclavitudes ni discriminaciones, sin exclusiones ni arrogancia. Bienvenida democracia, te aceptamos con las cicatrices que recuerdan las diferencias, las heridas del pasado, la violencia, la pobreza y la desigualdad.
Bienvenida democracia con la pulcritud que te debe caracterizar, con la transparencia que te ha de embellecer; no dejaremos que se empañe tu esbeltez con las impurezas de la corrupción, la presión de los politiqueros y la desfachatez de los embaucadores.
Muchos soñamos con un país armonioso, que sea habitable, en el que todos nos sintamos sujetos de derechos y deberes y, ese país, que llamamos Colombia, necesita de ti, de mí, de todos, para que, en medio del dolor y la alegría, la violencia y la indulgencia, la pobreza y la bonanza, la guerra y la paz, el odio y la indulgencia, el bien germine ya, la luz sea invencible y salgamos victoriosos construyendo una hermandad. Bienvenida democracia.
COLUMNISTA INVITADO :
Monseñor Carlos Arturo Quintero