Cuando don Fidel Sarmiento Sarmiento y su señora, María Bonifacia Aguilar Aguilar, esperaban junto a su hijo un bus de servicio público en el sector de Papi Quiero Piña, Floridablanca, para viajar a Bogotá por motivos médicos, este joven de 20 años sin explicación alguna huyó corriendo por la autopista.
La zozobra y angustia que vivían los padres del joven Leider Nicolás Sarmiento Aguilar al no saber nada de su hijo, finalizó luego de cinco meses y media de búsqueda.
Todo ocurrió este viernes, cuando la pareja de esposos despertaron con la esperanza de enfrentarse a un nuevo día sin su hijo, realizaron los quehaceres en su hogar como cualquier otro día, sin dejar de mirar el celular como la hacían desde aquel jueves 14 de febrero de este año.
Los padres del desaparecido en horas de la tarde ya se encontraban lejos de su residencia en Floridablanca, pero fue a las 4 de la tarde cuando recibieron una llamada anónima diciendo que al parecer un joven de las mismas características en la que se observaba en los afiches, estaba cerca del Hospital de la Cruz Roja en Floridablanca.
Fue entonces cuando los desesperados padres dejaron sus labores y retornaron hacia Floridablanca, llegando hasta las instalaciones del hospital en la calle 45 con carrera 11a, del barrio El Carmen, lugar donde finalizaría muchas noches de angustia al encontrar a su hijo sentado en un andén como un indigente.
La primera en abrazarlo fue la madre María Bonifacia Aguilar, quien relató al PERIÓDICO EL FRENTE que su hijo estaba impactado por verlos y actuó de manera extraña pero feliz.
«Cuando lo vi estaba sentado, sucio, mal vestido, con bastantes golpes en la cara y demasiado delgado… lo que hice fue abrazarlo y decirle que lo quería mucho, él se sorprendió al vernos, al principio estaba esquivo pero feliz, nos reconoció apenas nos vio», aseguró María.
El señor Fidel también se mostró conmovido al verlo, su cara cambió radicalmente, ya que desde el mes de febrero que comenzaron a vivir ese calvario, empezó también a enfermar y decaer físicamente.
Respecto al hombre que llamó, dijo que en el momento que llegaba a la Cruz Roja con su esposa, quien estaba muy enferma, se percató del joven que estaba deambulando la calle, y llamó a sus padres.
Desaparición
Leider Nicolás Sarmiento Aguilar, el noveno de 11 hijos de la familia Sarmiento Aguilar, desapareció desde el jueves 14 de febrero cuando huyó desde Papi Quiero Piña.
El joven de 20 años, quien vestía de pantalón azul oscuro tipo jeans y camisa manga corta blanca con estampados azules de figuras pequeñas, presenta un problema mental que le diagnosticaron hace más de un año, esquizofrenia.
“Nadie lo ha visto, desde que se cruzó la autopista ese día, se nos voló… intentamos correr detrás de él pero se fue muy rápido”, manifestó don Fidel, con la mirada perdida y tono entrecortado días después de la desaparición.
El joven de 20 años, al parecer huyó asustado porque escuchó decir que iba para el Ejército en Bogotá, al menos eso creyó la madre, quien manifestó que efectivamente iban para una cita en la Dirección de Sanidad del Ejército, en la capital colombiana, para un evalúo y diagnóstico detallado de su enfermedad.
Según los padres del desaparecido, desde que su hijo prestó servicio militar en el Ejército, solo duró cinco meses en la Quinta Brigada de Bucaramanga, lugar donde a mediados del año 2017, obtuvo más de dos permisos en un mes, lo que extrañó al señor Fidel, porque en uno de esos permisos notó a su hijo que la memoria le estaba fallando y manifestaba que no quería regresar al batallón.
En el Ejército no lo quisieron recibir más por su evidente estado mental, lo que produjo que el padre estableciera una tutela a dicha institución para que se hiciera responsable de gastos médicos.
Luego de que dicha acción legal fallara a su favor, Leider Nicolás fue trasladado al Hospital Psiquiátrico San Camilo, en Bucaramanga, lugar donde fue diagnosticado con esquizofrenia, enfermedad que afecta el comportamiento y mente de las personas.
En ese lugar fue internado pocos meses y luego a una fundación, en donde le ayudaron a recuperarse significativamente de esta enfermedad, sin embargo, tuvieron que sacarlo de ahí por falta de recursos.
Sarmiento Aguilar había pasado los últimos meses en casa de sus padres, donde según ellos, el cambio era lento pero satisfactorio, ya que describen a su hijo como una persona noble y callada.