De mil maneras se promocionan mensajes que hacen referencia a la manipulación de la pólvora y de modo especial dirigida a los menores de edad, sus padres, familias y a quienes en esta temporada decembrina mezclan el alcohol con la celebración.
Y las cifras son más que preocupantes y lo que es peor, menores de edad que nada tiene que ver, solo víctimas inocentes de quienes irresponsablemente consideran que la mejor forma de pasar el rato es sin ninguna responsabilidad, dar rienda suelta a su manera de celebrar.
Respetuosamente a los padres de familia, a quienes por esta época gustan de exteriorizar la felicidad, hagámoslo con mucha responsabilidad, con mesura, con calma, con tranquilidad, viendo las estadísticas lo menos que podemos expresar es nuestra gran preocupación, cada día superamos tiempos pasados.
Como el propósito es prevenir, nos sumamos a los cientos de mensajes persuasivos dirigidos desde todos los rincones del mundo, orientados a evitar lo que lamentablemente ya se está presentando, familias en tragedia porque sus seres queridos han sido víctimas de la pólvora.
Ya no más personas quemadas ni lesionadas en estas fiestas navideñas, hagamos un alto en el camino, actuemos con sensatez, responsabilidad, sentido común y celebremos sin poner en riesgo nuestra integridad ni la de los demás, conservemos el control y entendamos que más vale prevenir que tener que lamentar.
Qué bueno cuando usted se informa que terminaron unas ferias, unas fiestas, una celebración y que por la misericordia de Dios no hubo nada que lamentar. Es como decimos la mejor noticia y cuando sucede lo contrario de inmediato nos trasladamos y nos colocamos en la condición de las víctimas, sus familiares, amigos y demás, de un momento de alegría, de felicidad e integración pasamos a la tragedia, al viacrucis, al desespero… por favor.
Que no nos queda asomo de responsabilidad, complejo de culpa, actuemos con madurez, sensatez y mucho compromiso, que estas fiestas que aún faltan por celebrar nos traigan dicha, alegría, felicidad pero que por la misericordia de Dios absolutamente nada, nada que lamentar.
Cada año la historia se repite, prohibida la pólvora, se anuncian sanciones, multas, la autoridad extrema sus medidas y somos nosotros los que lamentablemente trasgredimos la norma y la ley, sin advertir las consecuencias que en la mayoría de los casos son irreversibles, felicidad en navidad, pero eso sí sin accidentes que lamentar. Dios les bendiga grande y abundantemente… Felices fiestas.