La vacunación contra la Covid trajo un océano de esperanza a la humanidad que comprendió que, en medio de su fragilidad, era necesario empezar a buscar ser un solo bloque para obtener la inmunidad de rebaño y así poder sobrevivir a un virus apocalíptico que se presentó de improviso y que puso acorrer a los científicos para encontrar el antídoto para bloquearlo y cortar su amenaza de arrasar con la vida humana.
Aunque a Colombia las vacunas llegaron más tarde de lo que se hubiese querido, se avanza a buen ritmo en inmunizar a la población y se han adelantado etapas que estaban previstas para terminarlas hacia finales de este 2021 y ahora se prevé que, en diciembre del presente año, se tengan vacunadas, con primeras y segundas dosis, a cuarenta y cinco millones de personas en Colombia.
Aquí vivimos una etapa de contrastes porque, si por un lado avanza la vacunación a buen ritmo, por el otro, el compás de contagios y muertes también ha crecido con motivo de la ola del tercer pico y su segunda escala, producto de las manifestaciones que se han extendido a los largo y ancho de país durante los últimos 32 días algo que a afacetado nuestra capital caucana en gran forma su economía.
Sin embargo, esto ha llevado a que muchos mandatarios seccionales, como el Alcalde de Popayan Juan Carlos “Pollo” Lopez Castrillon , le propongan al Ministerio de Salud la apertura gradual de la economía y que esta se haga, con priorización de sectores, desde la próxima semana, al iniciar el mes de junio.
La reactivación se pide para los renglones de la economía que aún no se han reaperturado y para los que funcionan a media máquina.
Eso obligaría a eliminar del todo las restricciones vigentes como el toque de queda nocturno, la ley seca y la medida de pico y cédula para movilizarse o para acudir a realizar trámites y otros menesteres de la vida diaria.
Nadie es ajeno a la crisis que se vive en el Cauca, en su capital Popayán , y en el afluencia a esta ( Timbio, Tambo , Piendamo, Totoro , Coconuco y Cajibio) , porque la economía se derrumbó, los empleos desaparecieron y, en medio de esta pandemia, los contagios de coronavirus crecen de forma desmesurada, las muertes se multiplican, las Unidades de Cuidados Intensivos, UCI, escasean y los médicos han tenido que decidir a quienes les dan una UCI por sus mayores posibilidades de sobrevivir al virus asi como la ola de vándalos que deja claro que el Cauca sufre una desorientación total donde unos pocos serán los beneficiados de las mesas de negociación en los gobiernos como siempre lo han demostrados a salir con recursos para diferentes grupos étnicos que siempre demuestran que tienen el poder al encerrarnos de esta manera salvaje llevándonos al descalabro económico y social donde el mayor perjudicado son aquellos descamisados que sobreviven el día a día .
Ante esto, la reapertura total es vital, sí, se necesita urgente, sí. Pero todavía no. Esa solicitud realizada por los mandatarios seccionales hay que tomarla con pinzas. No hay que precipitarse porque aún no se han vacunado las suficientes personas para llegar a esa inmunidad de rebaño que, se pregona, puede ser la salvación para volver a la normalidad aunque el Cauca con tanto Paro nos lleva que ese rebaño en su mayoría se encuentre de manera feliz contagiando al gato y al garabato.
Miremos hacia Japón en donde preparan los Juegos Olímpicos y aún, pese a medidas de bioseguridad, cuarentenas, vacunas y restricciones, los rebrotes son demasiado devastadores y hay un rechazo total para realizar el evento deportivo, por los riesgos que estos generan para los habitantes locales y los miles de visitantes, dirigentes, entrenadores y deportistas que llegarán a ese territorio.
En el aire flota la impresión de que, con la llegada de las vacunas y su aplicación, la comunidad cree que ya está exenta de contraer el virus, pero, es ahora cuando debe haber mayor rigurosidad en las medidas de bioseguridad, las pruebas y la vacunación sin retrasos.
Acudimos a la responsabilidad y buen juicio de los gobernantes, porque se necesita que toda la sociedad retome la reactivación total, pero no están, por demás, las precauciones.
Es cierto que esas medidas restrictivas sólo se han cumplido en un bajo porcentaje porque la sociedad desobedeció, se metió en las marchas y los contagios ya no se pueden evitar, los hospitales desbordaron su capacidad y no hay donde meter a tantos enfermos y es aquí donde hay que actuar con calma. Ya se aguantó mucho, pero tenemos que armarnos de paciencia, porque aún queda un largo trecho por recorrer.
Lo que sí es claro que con la llegada del decreto donde alcaldes y el gobernador que solo es de nombre lo pueden suspender sino hacen caso en desbloquear, por fin se colocaron las pilas tratando con pañitos de agua dulce en abrir las vías de Popayán.