Jhon Fredy Orejuela Palacios, de 36 años, era uno de los delincuentes más buscados por la Fuerza Pública, no solo por ser el jefe de la subestructura del Clan del Golfo que se hace llamar Carretera – que delinque en Chocó – sino por liderar la guerra territorial en Quibdó contra la red delincuencial de Los Mexicanos.
Orejuela, conocido con el alias del Zorro, murió esta madrugada en una operación de la Policía Judicial, que lo ubicó en un caserío de nombre Peradó, a 15 kilómetros del casco urbano de Istmina, Chocó.
Por Zorro había una recompensa de 50 millones de pesos por información que facilitara su ubicación y captura.
De acuerdo con las autoridades, el hombre tenía un historial criminal de más de 14 años, cuando ingresó al Clan del Golfo como lugarteniente raso. “Poco a poco empezó a ascender, hasta llegar a ser la cabeza de la Carretera , con mando sobre unos 200 hombres en armas”, dijo uno de los investigadores que estuvo frente al proceso.
La zona de injerencia de Zorro estaba centrada en zona rural de Istmina, Tadó, Condoto, Cantón de San Pablo, Novita, Lloró. Además de Quibdó, donde se disputaba las rentas criminales con Los Mexicanos y Los Locos de Yan , las redes más grandes en la capital chocoana dedicadas al microtráfico.
Como la gran mayoría de los narcotraficantes, alias Zorro consultaba una bruja que vivía en zona rural de Istmina, en plena selva.
La mujer le había rezado a Zorro una manilla en cuero, de la cual se descolgaba un dije.
“Si la manilla se calienta corre, que esos son tus enemigos o las autoridades que están tras de ti”, le habría dicho la bruja.
Así quedó establecido en una de las llamadas que lograron interceptar – en medio de la investigación -a Zorro, quien le consultaba a la mujer, la gran mayoría de veces de forma presencial, pero en casos que consideraba urgentes lo hacía vía celular.