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Comunismo todo un Coctel Molotov Preparado para Destruir las Democracias de América Latina, Empezando por Colombia

El gobierno mafioso de Venezuela, cuyos carteles de la minería ilegal y las redes del narcotráfico poseen grandes fortunas en los paraísos fiscales del mundo, ha establecido alianzas con todos los regímenes comunistas del mundo, con las guerrillas colombianas del autodenominado ‘Ejército de Liberación Nacional’ (ELN) y con las disidencias de las FARC, auto-proclamadas como la ‘Nueva Marquetalia’, todo un coctel molotov preparado para destruir las democracias de América Latina, empezando por Colombia, donde gran parte de las universidades públicas y los sindicatos del magisterio están dedicadas al entrenamiento ideológico de los jóvenes estudiantes y de los nuevos profesionales, para acabar con el sistema político.
Las manifestaciones violentas organizadas en Colombia durante los meses de octubre, noviembre y diciembre del año pasado por algunos sindicatos de base de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y por estudiantes de las universidades públicas, estuvieron infiltradas por agentes cubanos y venezolanos tratando de crear el caos para desestabilizar a nuestro país, que encabezó el llamado ‘Grupo de Lima’ para combatir y desterrar a la dictadura venezolana de Nicolás Maduro Moros. Para nadie es un secreto, que Venezuela utiliza las guerrillas de las disidencias de las FARC y del ELN, como una quinta columna para agredir a Colombia, para atacar militares y de policía, como se ha comprobado en regiones del Cauca, Catatumbo y Arauca.
La Agencia Nacional de Migración Colombia tuvo que ordenar la captura de agentes encubiertos del régimen venezolano que vinieron a crear el caos, en medio del desfile interminable de migrantes y de perseguidos políticos, como la ex fiscal Luisa Ortega, protegida por el gobierno de Colombia, porque ella sigue siendo, desde el exilio, la legítima autoridad judicial de Venezuela, luego de la ruptura del sistema político y jurídico, que obligó también a la salida de numerosos diputados del parlamento venezolano, actualmente refugiados en España y Colombia.
La debilidad y la cobardía del ‘Grupo de Lima’ liderado por Colombia, que se declaró contrario a una intervención militar de los Estados Unidos en Venezuela, afianzó al dictador Nicolás Maduro Moros y a los alzafuelles de la Guardia Nacional Venezolana, cuyo ministro de defensa, Vladimir Padrino López, miembro de la cuadrilla criminal que se aferra al poder en el palacio de Miraflores en Caracas, es un títere al servicio del régimen, con un extenso prontuario en los Estados Unidos.
Las fuerzas militares de Colombia, debilitadas por la campaña de desprestigio que se ha desarrollado desde las páginas mercenarias de la ‘Redes Virtuales , medios de comunicación de papel y virtuales ’ sobre presunta alianza con grupos paramilitares, están desmoralizadas y han perdido la capacidad ofensiva para enfrentar simultáneamente a las guerrillas, a las mafias de narcotraficantes y a la delincuencia organizada, que crece a la sombra del panorama de anarquía, que se incuba en medio de la tragedia humanitaria provocada por la pandemia del coronavirus.
Desde el exilio, la destituida Fiscal General de Venezuela, Luisa Ortega asegura que Diosdado Cabello, presidente de una supuesta asamblea constituyente creada por Nicolás Maduro para desconocer al parlamento que preside Juan Gerardo Guaidó Márquez, recibió hace ocho años más de cien millones de dólares de la constructora brasileña Odebrecht, por unos contratos para la construcción de carreteras y ha seguido delinquiendo con la minería ilegal y con el negocio del narcotráfico, en asocio con grupos terroristas de Colombia, protegidos por la dictadura.
La carrera armamentista de Venezuela, que empezó luego de la frustrada operación internacional para sacar del poder a Nicolás Maduro y a su gavilla criminal, ha desatado múltiples acciones de guerra contra Colombia, disfrazadas de ataques guerrilleros a quienes les van a entregar pertrechos, compra de aviones de combate y misiles de corto alcance, suministrados por el régimen iraní y eso tiene todas las características de una guerra. La debilidad de Colombia para enfrentar un enemigo real, está a prueba y todavía seguimos pensando en soluciones diplomáticas, con una cancillería colombiana que hace el ridículo en todos los lugares del mundo y para completar gobiernos locales que celebran inauguraciones de obras dejadas contratadas por sus antecesores sin desconocer que son dineros del gobierno pero eso son gestiones de otros , aun continuamos creyendo que los buenos son otros , acá la cuestión es que en las urnas empecemos a votar por verdadero principio y el verdadero partido sea el Pueblo .