Cada mañana, más de una decena de niños del municipio de Sardinata, en Catatumbo, una zona conocida por ser epicentro del conflicto armado en Colombia, se expone a peligros intentando cruzar el río Presidente.
Ellos cargan en sus maletas lápices y libros. Su destino, al otro lado del puente Hamaca que está a punto de caerse, es la escuela donde estudian.
El caso es tan grave que, tras una tutela presentada por el personero del municipio, llegó a manos de la Corte Constitucional.
Según explica el magistrado Carlos Bernal, los niños de esa zona del país tienen dos problemas: van a una escuela con deficiencias en su infraestructura, y para llegar tienen que cruzar un puente llamado Hamaca, sobre un río en el que hay caimanes. Sumado a esto, el paso está diseñado sin las mínimas condiciones de seguridad.