Siempre nos hemos preguntado, ¿qué es lo que nos lleva a hacer lo que hacemos? En ocasiones no encontramos respuesta a tan intrigante cuestión. Pero bien, la respuesta a todo ello, está en nosotros. Somos los únicos responsables y culpables de nuestras decisiones. Fin del comunicado.
Don Alberto, para ya hace un tiempo expresó: «Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad”. Gran verdad en esa frase se esconde.
Hace unos días, cierta persona muy importante para este servidor preguntaba ¿Realmente lo que haces, te apasiona? ¿Te gusta? Sus preguntas iban dirigidas al porqué corremos, al porqué hago parte de un pequeño grupo que practica el running. Para los que no conocen el término, es una modalidad del atletismo la cual se basa en el fondo, largas distancias y de gran resistencia. Una vainita de locos, de las cuales estoy enamora’o.
Pues bien, la respuesta ante todas sus inquietudes es un sí contundente. Pueden doler las entrañas, el alma o incluso la vida que la cura para todo ello es, atarse los cordones de tus zapatos y salir un poco al asfalto. Recorrer unos cuantos kms. y disfrutar del paisaje, de pronto para otros leer un libro o hacer poesía en hoja de papel , una terapia gratuita al alcance de todos.
Correr distancias largas es como dejar de comer pan. Por favor quiero que entendamos y siempre le he resaltado a mis hijos algo: Si me lo propongo, lo logro. A veces al voltear la esquina, a veces a largo plazo.
Por otra parte, en la vida del largo plazo algunas metas pueden ser completar los estudios (técnicos, de grado o post grado académico) o no abandonar nunca a nuestros padres o a nuestros hijos o cualquier meta que se haya trazado. Entonces es así, vivimos con pequeños, medianos y grandes objetivos. A veces nos llenamos de alegría porque conseguimos una de nuestras metas; en otras ocasiones nos entristecemos porque no hemos podido alcanzarlas.
Cierta vez Samuel Johnson dijo, “Las grandes obras son hechas no con la fuerza, sino con la perseverancia”. Algo parecido a lo que dice mi vieja, es más fácil ganarse el pan detrás de un escritorio, que debajo del sol ardiente, aunque tan solo debemos entender que todo con esfuerzo te permite llegar lejos , nada es fácil sino lo complicado que lo hagas . Esto me da a entender que puedo dejar el pan fuera de mi dieta si me lo creo, en mi caso tome la decisión al segundo día de la pandemia de no fumar y ya voy a cumplir un año que no prendo un cigarrillo. Puedo lograr correr distancias inalcanzables si entreno para ello, lograr que tu empresa se la más prospera, sacar un medio de comunicación adelante colocándome como ejemplo, puedo lograr lo que sea si tengo voluntad para hacerlo.
Si hay voluntad, hay tiempo. El gran sabio lo manifestó: tiempo para reír, para llorar, trabajar, conocer el mundo, tiempo para agradecer.
Y es que mi Hijastro Juan Felipe tenía razón, la fuerza mayor que nos lleva a lograr cualquier cosa más allá de toda inteligencia humana es la voluntad. Así que posiblemente la ignorancia no sea un tema del analfabetismo, quizá es un tema de interés. Como yo en mis épocas honorables cuando tocaba los libros de la biblioteca.
Volviendo un poco a la persona que nombré anteriormente. Es una persona incrédula, algo egoísta, egocéntrica cuando se lo propone, pero humana como todos. Y bueno, todo ese conjunto de miedos hace que alcance lo que se propone, al menos eso he visto yo. La fuerza de voluntad es algo intrínseco cuyas manifestaciones son externas, es ahí donde entendemos que todos podemos alcanzar cualquier objetivo por muy temeroso que seamos.
La vida es un reto en todo el sentido de la palabra, es necesaria indiscutiblemente para crecer, para aprender. Don Alberto logró registrar sus pensamientos e ideas debido a su gran coeficiente intelectual, pero más allá de ello, don Alberto lo logró porque tuvo la voluntad de hacerlo.
La fuerza de voluntad está en nosotros, algo así como los demonios, con esto quiero decirles que lo que tu anhelas y te esfuerzas lo logras nunca lo olvides. Como los rituales. A don Alberto le debemos la física matemática.