La casa está ubicada en el barrio La Fachada, en el sur de la ciudad, en la que el homicida de la masacre estaba reunido con varias personas bebiendo licor y consumiendo drogas.
La hipótesis de la Policía es que la combinación pudo ocasionar “el acto demencial” de El Paisa, que comenzó a disparar indiscriminadamente contra los tres hombres, de entre 20 y 23 años de edad, y una mujer, de 26 años. Además de los impactos de bala, los cuerpos también tenían lesiones de arma blanca.
Tanto él como sus víctimas tenían antecedentes por tráfico, fabricación y porte de estupefacientes, así como por porte ilegal de armas de fuego y municiones, delitos por los que anteriormente habían sido detenidos.
Las autoridades desconocen los motivos de este hombre para cometer los crímenes y por eso investigan si los asesinatos corresponden a un ajuste de cuentas por microtráfico o a un caso de intolerancia relacionados al consumo de licor y alucinógenos.
Al ataque sobrevivieron dos personas, entre las que se encuentra una bebé de 7 meses de edad, “quien presenta una herida superficial en el brazo derecho y se encuentra fuera de peligro”, detalló en Semana el general Fredy Tibaduiza, comandante de la Región 3 de la Policía.
El comandante de la Policía en Quindío, coronel José Luis Ramírez, dijo que al llegar a la casa tuvieron que romper un candado para entrar y que “entre los muertos está una mujer conocida con el alias de La Mona y un hombre referenciado como La Rata”.
Inicialmente, cuando las autoridades llegaron a la vivienda hallaron a 3 muertos y 3 heridos, que trasladaron al Hospital de Armenia, pero uno de ellos falleció en el centro médico y se convirtió en la cuarta víctima.