El Conocido programa de PAZ TOTAL puede ser el gran negocio de la familia presidencial

Como era de esperarse, con la propuesta de la Paz Total, se movieron los extraditables, los capos de las mafias, las guerrillas del ELN, las disidencias de las FARC, los narcoterroristas del Clan del Golfo, el autodenominado ‘Comando Central de las FARC’ y otros cuarenta (40) grupos armados ilegales, dispuestos a declarar los bienes malhabidos y otorgarle una participación monetaria al estado colombiano, para limpiar sus hojas de vida, más sucias que la vara del gallinero, como decían nuestras abuelas.

En las primeras de cambio se acomodaron las mafias de la Costa Atlántica, entregándole parte de su fortuna a un juez de penas de la ciudad de Barranquilla y a unos abogados litigantes, para concederle detención domiciliaria al hijo de Enlice López, la poderosa ‘Gata’, empresaria de El Chance, condenados por el asesinato de un alcalde, en ‘Gestores de Paz’. Las tentaciones de la familia presidencial fueron tocadas por el Zar del Contrabando de Cigarrillos Malboro, que habría entregado seiscientos millones de pesos a la campaña electoral del presidente Gustavo Petro, cuyo dinero resultó extraviado en manos de uno de sus hijos.

Como en el pasaje bíblico de ‘Los Hijos de la Luz’ – que no son como los hijos de las tinieblas, el hijo del señor presidente bautizado con el nombre de Nicolás Petro,  buscó contactos en una de las cárceles de Bogotá, para hablar con los extraditables, solicitados por cortes federales de los Estados Unidos, como responsables del infinito tráfico de estupefacientes, que ha llenado sus alforjas y trasladado esos capitales a los paraísos fiscales del mundo, capaces de seducir con dineros malhabidos a los personajes más cercanos al nuevo mandatario de los colombianos.

El denominado ‘Senador Malboro’, que estuvo preso en los Estados Unidos durante veinte años como responsable del tráfico de estupefacientes y lavado de activos, muy conocido como jefe de las mafias del contrabando en departamentos de la Costa Atlántica, les habría entregado seiscientos millones de pesos en dinero efectivo, que nunca ingresaron a los fondos de la campaña presidencial, según afirman los alzafuelles del primer mandatario de la nación.

Y como nada hay oculto bajo el sol de Colombia, Nicolás Petro y su esposa cayeron en la trampa y recibieron el dinero para comprar un palacete en la ciudad de Barranquilla, creándole al presidente Petro un problema de gobernabilidad muy complejo de entender y de justificar frente a un país que le exige explicaciones por el mayor escándalo que se haya presentado en siete meses de su administración.