El pan es uno de los alimentos que componen la canasta básica en Colombia y muchos hogares de bajos ingresos dependen de este comestible para satisfacer sus necesidades alimenticias.
La mala noticia es que los fabricantes reportan un aumento superior al 60% en los insumos para elaborarlo y, por ende, el incremento del costo se termina transmitiendo a las familias.
Según los datos de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), en este país se consumen 82 kilos per cápita de pan al año y esta cifra es una muestra de su elevada ingesta entre los colombianos.
Además, es uno de los víveres que no cuenta con ningún sustituto, dado que su valor lo hace asequible y no existe en el mercado algo similar con precios más bajos.
El incremento en los ingredientes se presenta a raíz de varias coyunturas internacionales. Principalmente, debido al incremento del dólar y a la crisis logística y portuaria que ha encarecido el valor del transporte para traer el trigo. Vale mencionar que, según Fenalco, Colombia solo produce el 0,3% del trigo que consume, el resto se importa.
La agremiación de los comerciantes ya había alertado que el aumento de estos precios estaba poniendo en riesgo a unas 25.000 panaderías en todo el país, que además generan unos 400.000 empleos.