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El periodista debe someterse o largarse por no complacer a quienes les pagan, CON “TÍTERES” NO HAY LIBERTAD DE PRENSA

Creer que la objetividad de los grandes medios de comunicación, (prensa, radio y televisión) es una verdad irrefutable, es como imaginar que todos pensamos, sentimos y hablamos de igual manera.
De ahí las sorpresivas inclinaciones de las cadenas de radio, canales de televisión , medios alternativo o virtuales y periódicos, que no dejan pensar con libertad a los que escriben, sino que los obligan a decir lo que ellos quieren.
Que imparcialidad puede haber, existiendo infinidad de intereses y propósitos de los dueños de esta industria en la que el periodista debe someterse o largarse por no complacer a quienes le pagan, que también por la “pauta” que reciben, se prestan para favorecer con sus notas y comentarios a los “patronos” de turno.
Así muchas de esas “estrellas” digan que gozan de total libertad sobre lo que escriben, eso no es más que una mentira, ya que solo se publica, lo que a los dueños de esos negocios les conviene y que no es más que lo acordado estratégicamente con los contratistas, que son los que compran la tal “objetividad” del medio, respaldada por su respectito títere.
Por lo anterior, será posible que exista objetividad en el periodismo, ejercido por todas esas “figuras” que pretendiendo ser objetivas, no son más que objetos que no escriben lo que piensan, sino que hacen lo que los ponen a escribir por el sueldo a recibir?
Dejémonos de vainas, paisanos. Eso de la tal objetividad periodística de los grandes periódicos, canales de televisión, medios virtuales y cadenas de radio es un cuento “chimbo”, montado hábilmente para descrestar a los caídos del “zarzo”.