En medio de la pandemia más espantosa del mundo, que está a punto de dejar el balance triste de CIEN MIL MUERTOS en este país, los sindicatos de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y la Federación Colombiana de Educadores (FECODE) sacaron la gente a la calle para atacar a la policía, para destruir sistemas de transporte masivo, para bloquear las carreteras, para impedir el transporte de medicinas y alimentos, para arrasar con la educación superior donde idiotas útiles del estudiantado se prestaron para multiplicar los factores de contagio contra la terrible enfermedad.
Al gobierno del presidente Iván Duque, que enfrenta la guerra del narcotráfico y la guerra de guerrillas, los grupos terroristas le pusieron precio a su cabeza, para luego atacar con bombas incendiarias cuarteles de policía y un cantón militar en la ciudad de Cúcuta. Desde Venezuela, donde se alojan los cabecillas de grupos bandoleros como ‘Nueva Marquetalia’ y del autodenominado ‘Ejército de Liberación Nacional’ se programan asesinatos selectivos, como los ocurridos en Tibú (Norte de Santander), donde fue asesinada hace quince días la Fiscal Especializada Esperanza Navas Sánchez, que adelantaba sin ninguna protección las investigaciones más peligrosas por terrorismo y narcotráfico, que comprometen a la dictadura de Nicolás Maduro en Venezuela.
Acorralado y contra la pared, el gobierno del presidente Iván Duque Márquez adoptó con preocupante lentitud las medidas que eran necesarias para despejar los corredores viales por donde circulan las mercancías de importación de los puertos de Tumaco y Buenaventura, dando largas a la situación de anormalidad que se presentó en el departamento del Cauca , Valle del Cauca, pero especialmente en Cali, Buga y Tuluá. La falta de experiencia de nóveles ministros del interior y del transporte no encontraron soluciones acertadas al paro nacional de transportadores, que se les vino encima por el cúmulo de problemas que afronta este gremio, acosado por la ruina que ha generado la pandemia del covid-19 y el creciente aumento de los precios de los combustibles.
En medio del paro nacional indefinido el gobierno nacional dio palos de ciego, al desconocer la importancia de las reclamaciones de los transportadores, que han sufrido la peor desgracia en tiempos de pandemia, por la exigencia de protocolos de bioseguridad que paralizaron durante casi un año el movimiento de pasajeros por las carreteras del país. Los avicultores santandereanos, que producen el cuarenta por ciento de la producción de aves y huevos para el consumo nacional, no encontraron a tiempo solución para el transporte de los insumos que requiere este poderoso sector industrial y millones de aves murieron de hambre en los galpones.
Al gobierno del señor presidente Iván Duque Márquez, a quien hemos respaldado desde estos medios de comunicación, le midieron el cobre, como se dice en el lenguaje vernáculo y lo pusieron contra la pared estos sindicatos de la CUT y de FECODE, que en sus más altos niveles directivos cuentan con financiación extranjera y con la infiltración de grupos terroristas, que los utilizan para desestabilizar a Colombia, generando desconfianza y anarquía, para preparar el camino de unas elecciones presidenciales que se realizarán el año entrante, donde los partidos que respaldan al actual gobierno nacional se exponen a la peor derrota.
