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«En Colombia hay diecinueve (19) partidos políticos y habrá uno más, si el ‘Movimiento de Salvación Nacional’ creado por el caudillo conservador Álvaro Gómez Hurtado, se convierte, como el Nuevo Liberalismo, en un partido de familia.

La proliferación de partidos políticos como empresas simplemente electorales, debe ser tema de profunda reflexión, porque se trata de organizaciones electorales muy débiles, incapaces de responder por la suerte del país. Los colombianos creyeron que, erosionando los caudales electorales de los partidos históricos, de liberales y conservadores, iba a mejorar la democracia representativa, pero los resultados han demostrado todo lo contrario. En Colombia hay diecinueve (19) partidos políticos y habrá uno más, si el ‘Movimiento de Salvación Nacional’ creado por el caudillo conservador Álvaro Gómez Hurtado, se convierte, como el Nuevo Liberalismo, en un partido de familia.
La suerte del país está en manos de partidos fuertes, que tienen definida su ideología, como el Partido Conservador, el Partido Liberal, el Centro Democrático y el Partido Comunista, que se disfraza con el nombre de ‘Colombia Humana’ y de ‘Partido de los Comunes’, para lograr una penetración publicitaria entre las masas rebeldes, inconformes y descontentas, que todavía defienden las tesis marxistas y leninistas. La ‘Colombia Humana’ ha cooptado de manera equivocada al Partido Verde, cuando sus fundadores hicieron parte de un movimiento rebelde, de estirpe nacionalista, como lo proclamaba el médico y exparlamentario santandereano Carlos Toledo Plata, que murió trágicamente defendiendo esos ideales.
Hace cuatro años creímos que el Partido Verde iba a ser el paraguas de los desmovilizados del Movimiento Guerrillero Diecinueve de Abril (M-19), al que pertenecieron figuras importantes como el exgobernador de Nariño y ex ministro de Salud, Antonio Navarro Wolf y como el exparlamentario santandereano Carlos Ramón González, que ha llevado la representación legal de esa nueva colectividad En las pasadas elecciones y con el liderazgo del ex alcalde de Bogotá, Antanas Mockus Cívicas, que obtuvo 550.000 votos para el Senado de la República y que eligió nueve (9) senadores en todo el país, con un millón trescientos ocho mil votos (1’308.000), entre ellos Angélica Lozano, Jorge Eduardo Londoño Ulloa, Iván Name, Sandra Ortiz Nova, Luis Iván Marulanda, Juan Luis Castro y Antonio Sanguino, daban la impresión de ser un partido político nuevo, unificado y sólido, pero ha ocurrido todo lo contrario. La mayoría de sus integrantes han sido cooptados por el partido comunista, apoyando la insurgencia y los desórdenes callejeros del pasado paro nacional, sin ninguna consideración y respeto por el derecho a la propiedad privada.
Si como se pensaba, el Partido Verde iba a ser una fuerza nacionalista, defensora de los agricultores y trabajadores del campo, el papel de sus líderes y correligionarios se redujo a patrocinar la insurgencia callejera, más cerca de la extrema izquierda, cuando tenían la oportunidad de ser una organización política centrista y aterrizada sobre los problemas reales del pueblo colombiano. Con discursos ‘veintijulieros’, generalizando en el ataque al gobierno, combatiendo la minería legal, cualquier parecido con el Polo Democrático, que era hasta hace poco tiempo la carta de presentación de la militancia comunista, el Partido Verde debe tener una propuesta programática en torno a la responsabilidad que les corresponde sobre el presente y futuro del país.