Aunque la plata no lo es todo, sin embargo en esta vida nada es gratis y nadie da sin esperar algo a cambio, como bien pasa con todos esos “politiqueros”, que en los municipios del Cauca, empiezan a “pavonearse” en busca de candidatos de “pipiripao” para financiarles sus campañas, no sin antes haberlos puesto a firmar papeles en los que se comprometen a satisfacerlos en todo lo que se les antoje y si pasado el tiempo no les ven “chico” en la elección, los amenazan y hasta los hacen renunciar.

Casos se han visto.

Dejémonos de vainas paisanos. Esa cerveza, ese aguardiente, esa comilona no son gratis, como también no son gratis las tejas, el cemento, la droga, el mercado, los grupos musicales, los viajes de recebo, el pago de recibos y, en general, toda ayudita que le dan estos candidatos “títeres” que buscan comprarle su voto.

Por Dios. Para nadie es un secreto que todo eso cuesta y esa platica no sale del bolsillo del candidato, sino de la “tula” de quien o quienes lo patrocinan, y con el compromiso de que esa platica debe regresar y convertida en muchos millones de millones.

Abran los ojos, escuchen bien y comprendan que entre más dinero usted vea gastar en una campaña, peor será “ese de alcalde”, “ese gobernador” porque como “pobre diablo” llegará a “pagarle a su padrino” y de paso a manos llenas hacer lo suyo.

Está comprobado. Entre más plata derroche cada uno de estos especímenes, más endeudado estará, y, por lo tanto, más comprometido con sus “padrinos” para hacer lo que sea, quedará.
Cuando el compromiso se amarra, los de la sombrita llegan a cobrar en puestos y contratos, y así la plática mágicamente empieza a perderse y las promesas a incumplirse.

Esa “lechona” o ternera a la llanera que le supo tan rica ojalá y le dure los cuatro años porque, posiblemente, no verá nada más y SI por desgracia al municipio someterá a las terribles secuelas de la “corrupción”, que a sus anchas impondrán todos esos que dizque como “inversionistas de la política”, no son otra cosa que vulgares traficantes de la compra de votos para sus candidatos “títeres, que como “marionetas” se prestan para esos “rastreros” procesos de prostitución electoral