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Gustavo Petro Urrego es un dirigente comunista que como todos ellos han sido capaces de engañar al Papa

Que fácil ha sido para Nicolás Maduro Moros, el dictador de Venezuela que se aferra al poder corrompiendo a los mandos militares y protegiendo a guerrilleros colombianos del ELN y de las disidencias de las FARC para atacar a nuestro país.
Que fácil ha sido para el candidato presidencial Gustavo Petro Urrego, comprometer a la figura blanca del Sumo Pontífice para recibirlo en su despacho privado del Estado Vaticano, donde buscaba la absolución de los pecados cometidos durante la lucha armada en las filas del Movimiento Diecinueve de Abril (M-19), que sacrificó vidas inocentes, como el asesinato del líder sindical José Raquel Mercado y la tragedia de los dieciocho (18) magistrados de las altas cortes, durante la Toma del Palacio de Justicia, donde destruyeron los archivos judiciales que comprometían a las mafias del narcotráfico, entre muchos otros hechos criminales que estremecieron al país.
Nicolás Maduro en Venezuela; Daniel Ortega en Nicaragua y Fidel Castro Ruiz en Cuba, utilizaron al Papa Francisco para limpiar su mala imagen ante la comunidad internacional que repudia y rechaza la conducta de los dictadores de América.
Gustavo Petro Urrego es un dirigente comunista que utiliza en su campaña electoral un lenguaje melifluo, con mucha miel en el cotarro de sus aspiraciones presidenciales, para conquistar a la clase dirigente colombiana, con el fin de allanar el camino hacia la jefatura del estado.
Hace cuatro años, Petro anticipó su propuesta de acabar con la propiedad privada de grandes áreas del territorio nacional que se utilizan para cultivos de extensión, como la caña de azúcar en los Ingenios Azucareros de la Organización Ardila Lulle del Valle del Cauca.
Recientemente dijo que desde la Presidencia de la República acabará con las clases sociales, lo que traduce el propósito de conculcar y destruir el derecho a la propiedad privada, expropiando fincas para repartirlas a los que no trabajan.
La democracia colombiana perderá el encanto cuando Petro sea presidente, porque cerrará periódicos y emisoras, para que nadie pueda protestar, como ocurre en Cuba, Nicaragua y Venezuela.
Utilizando las debilidades políticas del Papa Francisco, lo han engañado con informaciones catastróficas contra una clase dirigente política y económica, que ha garantizado la libertad de empresa y de opinión.
Por sus inclinaciones políticas hacia los movimientos de izquierda, el Sumo Pontífice se ha prestado para la manipulación de los falsos apóstoles de la verdad, que hablan mal de Colombia como una nación paria, donde han asesinado la esperanza, donde han fracasado los procesos de paz que privilegian las ambiciones de los izquierdistas y extremistas que han convertido la guerra de guerrillas en un negocio perverso, al amparo del narcotráfico, que la izquierda ha utilizado para financiar sus actos terroristas.
Muchos católicos colombianos rechazaron la ingenuidad y la actitud del Sumo Pontífice que le concede audiencia a Gustavo Petro Urrego, el encantador de serpientes cuya piel cambia de color de acuerdo con las circunstancias que se presentan en el escenario político nacional.
Petro ha vivido del presupuesto nacional toda la vida, luego de beneficiarse del proceso de amnistía e indulto que le dieron a los integrantes de las guerrillas del M-19 en los gobiernos de Belisario Betancur y Virgilio Barco Vargas.
Para sacarle ms dinero al Estado Colombiano ha inventado una consulta interna dentro del Movimiento ‘Colombia Humana’, para cobrarle miles de millones de pesos al presupuesto nacional por los costosos subsidios que tienen las consultas internas de las coaliciones políticas.
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