Salimos a sentar una voz de protesta pero esa voz no es solo de un día o en la calle o con 1000
personas, inicia en casa, con tus hijos e hijas, con el otro, ese otro que unidos hacemos ciudad,
que hacemos país, que hacemos latinoamericana.
Dictaduras, años de poder, políticas públicas gubernamentales del Latinoamérica que sufre,
que no vive, sino que sobrevive en condiciones que no están diseñadas para un salario
mínimo, un contratista o mucho menos desde una economía del cuidado.
¿Por qué es importante tener un discurso crítico?
Más de 60 años nos han divido entre conservadores y liberales, Estado y grupos armados,
guerrilla y paramilitares, extrema izquierda o extrema derecha, cuando en contexto somos un
mismo pueblo, una Colombia que nos atañe a todos, pastusos, costeños, paisas o vallunos, es
Cauca, Caquetá, Chocó o Guajira, pueblos sin agua potable, sin energía, sin vías, sin siquiera
planes de ordenamiento territorial.
No hay rabia en esta Latinoamerica, hay una respuesta ante un esquema político que no nos
representa. El disturbio pasa, pero el problema persiste, cada vez los gobiernos se vuelven más
hábiles para conseguir una cortina de humo reproducida en medios de comunicación, que
responde a enfrentamientos entre “izquierda” o “derecha”, haciendo ver a “vándalos”
dañando el “patrimonio cultural”.
Pueblos hermanos, no hay tal mito de “izquierda” o “derecha” cuando ambos sirven a un
mismo patrón: la política. Ambos lados sufrimos, la riquezas de nuestros países están en
manos de pocos, y la mayoría apenas puede sobrevivir, no deberíamos hablar de partidos, de
ideologías políticas, sino de una sola voz dónde todos somos los afectados.
Ese otro de quién nos habla que es vándalos, es quizá nuestro vecino, nuestro amigo, nuestro
hermano, en Colombia, en 2019 se dio un genocidio, cerca de 1500 líderes y lideresas
asesinados, a quienes nunca pusimos rostros o carne; vivimos endeudamos, violentado o
saqueados ¡Por eso respondemos! Respondemos por los niños y niñas asesinados en combate,
sí, hay quienes dirán que ellos en el campo de batalla también matan, pero niños y niñas ¿En
medio del fuego armado?, Además, la fuerza “legal” militar, a sabiendas de que habían niños y
niñas dispararon ¿Qué les decimos con el 21 de noviembre?
Les decimos que Podemos permitir que nos venda el agua, que nos bajen el salario e incluso
que nos maten, pero que hoy un pueblo unido, un pueblo dolido, se cuestiona ¿Qué les dejara
a sus hijos e hijas? ¿Qué seguridad les brindamos? ¿Les vamos a dejar la misma Colombia? ¿La
misma Latinoamérica?
Pensamos distintos, somos distintos, pero somos hermanos, somos colombianos, somos
latinoamericanos, quiénes abrimos los ojos y respondemos ante tanto atropello. “No salgas a
marchar a las calles, es peligroso”, o si gustas sal a marchar y movilizarte y alza tu voz, ambas
actitudes pueden ser correctas, el cambio real inicia con tu hogar, con tus padres, abuelos,
tíos, primos e hijos, es hora de hablar, de reaccionar, de que los gobernantes nos pongan en
primer lugar y las políticas de empiecen a pensarse desde el pueblo colombiano, desde el
pueblo latino.
Columnista Invitada :
Fernanda Canencio Nates