Connect with us

Destacado

Juan Miguel Angulo confirma algo que todos saben : No solo son JUDAS sino Tambien son los grandes Barrenderos azules

En el año de 1990 hubo un “matrimonio” en Popayán entre Darío y Gabriela quienes conformaron su “hogar” adoptando tres “muchachos” procedentes de tres municipios caucanos: Timbío, Mercaderes y Rosas.

Fue así como llegaron los “muchachos” Gerardo, Ramiro y Francisco a habitar la casa de Darío y Gabriela en nuestra siempre amada Popayán. Darío, poseedor de un olfato mejor que el de un perro cazador, salía de la casa y se encargaba de traer el mercado, los muebles y enseres y en general proveía todo lo necesario para que su amada Gabriela y sus tres “muchachos” nunca pasaran afugias.

Darío siempre complacía a Gabriela y sus “muchachos”. Visitaba poco la casa debido a sus intensas actividades y compromisos y depositaba toda su confianza en Gabriela en quien creía ciegamente. Pero la educación y crianza impartida por Gabriela nunca fue bien recibida por sus “muchachos”.

Francisco estudió “leyes…si” pero prefirió dedicarse a intercambiar y comerciar con sus hermanos el mercado de la “casa…si”. Gerardo siempre se dedicó a buscar el bienestar de la casa y como nunca lo encontró, se fue a buscarlo en otro lado. Y por último, Ramiro, el “muchacho” más consentido y mimado por Gabriela a quien instruyó para ser el heredero de la casa y por ende, el responsable del buen funcionamiento de la misma.

Ramiro, desde pequeño era el encargado de velar por el botiquín de la casa y realizar el aseo de la misma reciclando los residuos producidos y sacando las bolsas de “basura” a su sitio de disposición afuera de la casa. Infortunadamente nunca lo hizo, dejaba las bolsas de “basura” tiradas y no las sacaba por irse a jugar fútbol con unos amigos brasileros que tenía.

Jamás recicló y llegaba tan cansado de sus compromisos con sus amigos brasileros que olvidaba sacar la “basura”. Darío por la mañana “olfateaba” lo que estaba sucediendo con el manejo de la casa en general, pero Gabriela, como buena “matrona”, se hacía la de la “vista flaca” con tal de defender a sus “muchachos”.

Sin embargo, con el pasar de los días a Ramiro se le acumulaba cada vez más “basura” y el olor llegó a ser tan nauseabundo que Francisco se metió a ayudarle y empezó a romper las bolsas de “basura” para buscar y sacar las mayores podredumbres pero no lo logró.

El olor llegó a la habitación de Darío y Gabriela y ambos, en la siguiente mañana se dieron cuenta que habían perdido el olfato por completo como consecuencia de la inhalación de los gases producidos por las bolsas de “basura” que Francisco y Ramiro rompieron.

Darío, ya sin olfato, se fue a vivir a otra casa. Francisco se fue de la casa con el mercado y el botiquín. Gerardo volvió a apoyar a Ramiro en el manejo del “hogar” y Gabriela, también ya sin olfato, siguió con su “muchacho” consentido Ramiro habitando la casa y buscando en alguna bolsa de “basura” el botiquín que Francisco se llevó.

Reciclar genera ingresos, oportunidades y beneficios, evita enfermedades, previene desastres naturales porque haciéndolo mejoramos nuestro planeta y nuestro ambiente. Países como Noruega o Finlandia tienen una cultura de reciclaje tan fuerte y prominente que mucha de su infraestructura se construye con materia prima reciclada, “verde”. En Colombia urge una política pública de reciclaje.

La política hay que reciclarla porque de ella algo bueno existe y si reciclamos bien, quedará buen “abono” y se generará una buena “cosecha”. Si no reciclamos o lo hacemos mal, quedaremos condenados a vivir en un basurero como lo hacen actualmente Gabriela, por haber perdido su olfato, y Ramiro, por no haber sacado la “basura” de la casa.

Juan Miguel Angulo Garrido
Ex diputado del departamento del Cauca
Facebook: Juan Miguel Angulo
Instagram: @juanmiguelangulog
Twitter: @JuanMiAngulo

Copyright © 2022. CAUCAEXTREMO.COM - Fundador: MARCELO A. ARANGO MOSQUERA & Medio de Comunicación de la CORPORACIÓN COLOMBIA EXTREMO S.A.S.