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La Culpa no es de la Policía, los Fiscales, los Jueces caen en una Legislación que tiene muchas Fallas y que tienen que Cumplirla la cual permite el Azote de los Maleantes en las Calles

El espacio disciplinario tiende a dividirse en tantas parcelas como cuerpos o elementos que repartir hay. Es preciso anular los efectos de las distribuciones indecisas, la desaparición incontrolada de los individuos, su circulación difusa, su coagulación inutilizable y peligrosa, táctica de antideserción, de antivagabundeo, de antiaglomeración” Michel Foucault – Vigilar y Castigar.
En las ciudades del país la gente se siente insegura. Un alto porcentaje observa un deterioro en la seguridad y Popayán no es la excepción. Más allá del debate sobre percepción y realidad, hay razones para que los habitantes, especialmente de las grandes urbes, así lo crean, razón compleja que los mandos y la policía dedican su trabajo en el control social y captura de bandidos, la gran mayoría, de estos no cumplen por sus delitos. Lo que es aún más inaudito, la delincuencia que más azota a la ciudadanía son reincidentes, algunos, aunque han sido arrestados hasta “n” veces en muchos años, y en esta pandemia siguen en las calles.
Todos los días la policía captura en Popayán delincuentes en flagrancia, es decir, cometiendo delitos. Los arrestan, pasan por cuenta de las investigaciones y órdenes judiciales. Sin embargo, los jueces solo envían un 20% a la cárcel a otros les conceden detención domiciliaria. O sea que un 50% de los capturados terminan en las calles libres.
Es complejo el escenario de la impunidad que tiene un componente vergonzoso. Gran parte de estos delincuentes detenidos son prontamente dejados en libertad por los jueces, viven el ciclo, que, si lo atrapan, pasarán unos días tras les rejas y vuelven a sus fechorías, las estadísticas son escandalosas.
Para loa payaneses es muy frustrante ver que un delincuente que tiene atormentada a una comunidad es arrestado y en cuestión de horas o días está delinquiendo. La policía sigue teniendo casos en donde ladrones de establecimientos comerciales, celulares y residencias han caído con un prontuario, antes y después de la pandemia. No es fácil explicarle a la ciudadanía que mientras en un lado de la balanza de la justicia se hacen cosas, en el otro no. “Lo que se hace con las manos se borran con el codo”.
Los delitos por los cuales los jueces dejan en libertad a los delincuentes son los que más afectan la seguridad de los habitantes. A pesar que son capturados en flagrancia, cometiendo hurtos a personas y establecimientos comerciales, quedan libres después de estar hacinados en las estaciones de policía. Nueva
mente algunos jueces no aplican la justicia a los delitos: Lesiones personales, crímenes, feminicidios, estafa; recobran la libertad una vez llegan a los estrados judiciales. Igualmente sucede con los detenidos por porte de armas, fabricación de estupefacientes, tráfico y microtráfico. Una burla aprovechada por los delincuentes.
La Policía Metropolitana de Popayán (Mepoy), ha capturado en meses de investigación un sinnúmero de delincuentes, logrando recopilar las pruebas suficientes para involucrarlos. Después de sus capturas muchos tienen el beneficio de casa por cárcel, el trampolín para que los maleantes sigan delinquiendo sin ningún control.