Decía el político estadounidense Mario Cuomo: “Las campañas se hacen en poesía y los gobiernos en prosa”. El nuevo gobierno Petro llegó al poder por un abrumador anhelo de cambio en millones de colombianos, que castigaron al candidato del continuismo uribista desde la primera vuelta.
Obviamente, votaron por un cambio político de fondo y no sólo por personas que supieran interpretar una emoción de campaña a través de un discurso seductor y populista que le dijera a la gente lo que quería oír.
Jorge Eliecer Gaitán señalaba al establecimiento y a sus candidatos cuando decía: “los mismos con las mismas”. Se nos pide a los colombianos asumir el costo de lo que significa una reforma tributaria, en medio de una crisis mundial inflacionaria que golpea a los más pobres, particularmente por el alza en los precios de la comida, con una probable ola invernal a la vista y un aumento en los precios de la gasolina. El mínimo gesto del gobierno debería ser un manejo responsable de los recursos públicos. Sin embargo, a escasos 53 días de gobierno, los hechos indican todo lo contrario.
Paradójicamente, lo que el gobierno Petro predicaba y cuestionaba al gobierno anterior, hoy no les aplica. Para no ir tan lejos, en medio de la crisis económica global y con la tasa de inflación más alta en 22 años, que según el DANE en junio fue del 9,67%, no escatimaron en gastos para los eventos simultáneos a la posesión presidencial, que le costaron a los colombianos alrededor de 3.500 millones de pesos.
Parafraseando a Gaitán, ¿Será entonces como lo indican los hechos, que el gobierno del “cambio” es de “otros con las mismas”?
COLUMNISTA INVITADO :
Juan Manuel Galán