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La economía como motor de la política en el Frente Nacional (¡Aunque parezca de Perogrullo!)

Como toda acción política se corresponde con la proyección o desarrollo de unas tesis o prácticas económicas, en esa dialéctica, aunque negada realidad histórica, el antecedente y desarrollo del Frente Nacional no podría ser una excepción.
Terminada la II Guerra Mundial y tras el surgimiento de los EE.UU. como hegemónica potencia del campo imperialista, se da la puesta en marcha del Fondo Monetario Internacional (27 de diciembre de 1945) que había sido acordado en la conferencia de Bretton Woods en julio de 1944, y la creación del Banco Mundial, una vez firmados los mismos acuerdos, para proyectar la política de reconstrucción económica y del futuro desarrollo capitalista en el orbe, sometiendo a los países de la, desde ese momento llamada, “esfera” de influencia de los EE.UU. a un direccionamiento no solo monetario –convirtiendo el dólar, por encima del oro, en patrón ‘universal’– sino en todo lo correspondiente con la economía de los países dependientes y proveedores de materias.
En esta condición arribó a Colombia, en representación y como delegado del Banco Mundial, el señor Lauchin Currie, en 1949, en el gobierno de Ospina Pérez, encabezando la primera misión que lleva el nombre de ese economista.
Su labor consistió en direccionar –con base en el nuevo proyecto de dominación imperialista a los países ‘subdesarrollados’ y dependientes– unas estrategias de carácter económico, que tenía que ajustarse a los ámbitos político y jurídico.
En desarrollo de sus teorías se estableció el Departamento Nacional de Planeación y se plantearon profundos cambios en materia ferroviaria, educativa, laboral y especialmente agropecuaria. La crisis del capitalismo de 1929, había llevado a que los principales países capitalista-imperialistas se replantearan la necesidad de superar la teoría liberal del “caos organizado del mercado” y se decidieran a copiar lo que consideraron indispensable en los criterios de planificación de la economía de la URSS, y luego del ahora desaparecido campo socialista (aunque dicho sea de paso, sin los errores burocrático-centralizados de éste).
Los diseños estratégicos en materia económica tenían que llevar a la aplicación práctica, en política, de los planes trazados a instancias del Banco Mundial, y del FMI, y para ponerlos en marcha había que garantizar un despoblamiento acelerado de las zonas rurales, para dedicar grandes extensiones a la ganadería y gradualmente a la agro-industria, además de empujar un poblamiento acelerado de las pequeñas y medianas ciudades para convertirlas en grandes urbes con el negocio de la construcción y las obras públicas; y despoblar el campo de labriegos y peones y proletarios agrícolas de forma acelerada, requería de una violencia tal que obligara a la población campesina a migrar forzadamente.
Por eso no es “coincidente” que a partir de mediados de 1949 se exacerbara la violencia chulavita y pájara (más otras denominaciones paramilitares–para estatales) en los campos colombianos, en especial zonas rurales cercanas a cabeceras municipales (pues en las profundas selvas el fenómeno no se dio con intensidad) que además de asesinar a los más connotados dirigentes campesinos populares –las élites rurales, los latifundistas y terratenientes salieron indemnes– la práctica más extendida fuere el boleteo para obligar a las gentes a abandonar sus tierras y haberes dejándolos expósitos, y en muchas ocasiones a “firmar intenciones de venta” antes del extrañamiento obligado.
En la primera etapa el señor Currie, al frente de la misión permaneció activo hasta la caída de Rojas Pinilla. En 1958 obtuvo la nacionalidad colombiana, tras ponerse en marcha el plan diseñado, y permaneció en el país en la actividad docente y privada hasta cuando en 1970 fue nombrado asesor en materias económicas del gobierno de Misael Pastrana (llegado al poder mediante el más grandes fraude electoral colombiano) y en su función –la segunda Misión Currie– diseñó las llamas “Cuatro Estrategias”, de las que hablaremos en la siguiente entrega.
Alfredo Valdivieso
Secretario general PCC regional Santander
Bucaramanga, agosto 5 de 2016.