Nacional
La Fiscalía señaló a cinco policías y un expolicía de permitir visitas, “permisos” de salida y hasta fugas a cambio de una “mensualidad”

El viernes 18 de octubre de 2019 se encendió una alarma que puso en jaque a las autoridades en la capital del Atlántico.
A las 9:25 de esa noche, miembros del CTI de la Fiscalía interceptaron a Roger Hernando Hernández Martínez cuando iba en un taxi rumbo a su casa en Juan de Acosta, a pesar de que contra él pesaba una medida de aseguramiento en la cárcel Modelo de Barranquilla.
De inmediato, volaron los interrogantes: ¿por qué Hernández estaba en la calle?, ¿cómo había salido de la carceleta del Centro de Servicios? ¿Qué hacía en esas carceletas si lo habían enviado a La Modelo?, pero la gran pregunta era ¿quién lo había dejado salir?
En ese momento se inició una investigación por un aparente caso de corrupción en el manejo de los presos de las celdas de paso del antiguo edificio Telecom, donde hoy funcionan los juzgados de Barranquilla.
Las pesquisas, encabezadas por la Fiscalía, permitieron confirmar las sospechas de irregularidades e identificar a seis hombres que supuestamente habrían permitido o facilitado la fuga Hernández. Sin embargo, estos no eran ciudadanos del común, se trataba de miembros de la Policía Nacional, adscritos a la Metropolitana de Barranquilla.
De esta manera, a las 7:00 de la mañana del miércoles 11 de diciembre, cuando el sol apenas empezaba a darle fuerza al día, el CTI de la Fiscalía y el Gaula capturaron en el Comando de la Policía a los patrulleros Wilfran de Jesús Barragán Medina, Juan Carlos Chavarría López, Fabián Andrés Tamara Rangel y Sergio Luis Pacheco Ramírez.
Cinco minutos antes, en otra operación, fue capturado en el barrio El Parque, de Soledad, el intendente Edwin Pallares Ortiz; y, al caer la tarde, capturaron a Rafael Antonio Ruiz Sosa en un operativo adelantado en Los Cedros, del mismo municipio.
“Prestaban un servicio”
La investigación por presunta corrupción policial que habría favorecido a presos en las carceletas duró al menos cuatro meses. Durante este tiempo, la Fiscalía revisó las minutas de los oficiales, entrevistó a los presos, revisó documentos y analizó el funcionamiento completo de las celdas y los cambios de turno cíclicos que se manejaban (de 7:00 a. m. a 2:00 p. m.; de 2:00 a 9:00 p. m. y de 9:00 p. m. a 7:00 a. m.).
Esto permitió establecer que, según la Fiscalía, hace tiempo había allí una “prestación de servicios privilegiados a personas privadas de la libertad”, que eran resultado de pagos mensuales por parte de los detenidos hacia los custodios.
Pero la principal fuente para la Fiscalía 28 de delitos contra la administración pública, fue el mismo Hernández, quien tras ser recapturado habría relatado al ente investigador cómo funcionaba el sistema que convertía a las carceletas en un “hotel de paso”.
Según relató Hernández a la Fiscalía -narrado por la fiscal durante la audiencia- desde que llegó a las careceletas los policías le habrían ofrecido “acceder” a los servicios “preferenciales” durante su estancia, y evitar pasar momentos aún más difíciles en las cárceles de Barranquilla.
Dichos servicios, según fiscalía, consistían en permitir la permanencia de Hernández y otros presos en las carceletas, aún después de que les hubieran dictado medidas se aseguramiento. Asimismo, les permitían a los presos salir de las carceletas en horarios nocturnos o en días festivos; y avalaban visitas y uso de teléfonos.
Según explicó la Fiscalía, quien estaba a cargo de la supervisión de las carceletas era el entonces intendente Ruiz, quien supuestamente habría cobrado mensualidades de hasta $1.500.000 por los “servicios preferenciales”.
A dichos servicios habría accedido Hernández y por ello, dijo Fiscalía, el 11 de agosto, tuvo la posibilidad de salir de las carceletas para compartir con su esposa el día de su cumpleaños.
“Para esta fecha, el señor Roger Hernando Hernández, a pesar de estar cobijado con una medida de aseguramiento por los delitos de tortura, desaparición forzada, secuestro extorsivo y amenazas; tuvo la oportunidad de salir fuera de las carceletas de estas instalaciones, lugar donde ya no debía estar porque la medida de aseguramiento fue proferida el 16 de julio”, señaló la fiscal, asegurando que la salida de Hernández habría ocurrido bajo la guardia del patrullero Pacheco, quien entregó turno a Barragán en la mañana del 12 de agosto, cuando el preso regresó a la carceleta.
TOAMDO// EL HERALDO