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La montada del Frente Nacional y la repartija milimétrica.

Con los pactos en España, la tumbada de Rojas del poder y el gobierno de los cinco chafarotes se diseña un plebiscito tramposo, que la gente de forma masiva vota el 1º de diciembre de 1957. Como plebiscito tenía una sola pregunta, el sí o el no y el texto esencial, por el que inclinó la gente, era la derogatoria de todas las reformas que se hicieron a la Constitución, lo que no fue óbice para que una de esas reformas, el voto femenino, se mantuviera incólume, y por eso por vez primera (desde la Constitución de Vélez del siglo XIX) las mujeres en Colombia pudieron votar.
Pero en el entramado del texto se hallaba que si la gente votaba por el sí, como fue abrumadoramente mayoritario, se imponía el Frente Nacional cono engendro para instituir en Colombia el bipartidismo como la repartija milimétrica del poder. Ningún ciudadano, que no fuera liberal o conservador podía aspirar a ser siquiera barrendero de una entidad pública. Al comienzo los partidos liberal y conservador, por mano de sus dos dirigentes ya señalados, había diseñado que el Frente Nacional fuera de doce años, pero al examinar que entonces uno de los dos partidos solo ejercería la presidencia por un solo período, decidieron hacerlo por dieciséis años, comenzando en 1958 y terminando en 1974. Instituir el bipartidismo como sistema y excluir a todos los demás significó el reavivamiento de la lucha armada como ejercicio para participar en política, así no se pudiera acceder a parte del poder, si no era con el triunfo de las armas.
Los comunistas, obviamente, salieron a defender y propagar la propuesta del sí, porque al derogarse las reformas constitucionales, el Acto Legislativo mediante el cual se había puesto fuera de la ley al Partido, quedaba automáticamente anulado, así como el decreto de marzo de 1956 que había establecido la penas de prisión para los comunistas (y los filo-comunistas y cripto-comunistas).
Pero además el PCC determinó participar en las elecciones de marzo de 1958, en que se elegía el Congreso de la República, amén de los diputados a las asambleas y los concejales del país. ¿Cómo hacerlo si el Partido estaba constitucionalmente impedido para participar de las elecciones por el establecimiento del bipartidismo cerrado? Se llegó entonces a acuerdos con sectores democráticos del Partido Liberal para confeccionar listas en que se incluyeran los nombres de camaradas o aliados muy allegados y comprometidos. Por ejemplo en Viotá, Cundinamarca, el PCC presentó lista propia que en que incluía a militantes probados, algunos antiguos jefes guerrilleros, como Juan de la Cruz Varela, que encabezó esa lista al Concejo y salió electo, pero que también encabezó la lista a la Asamblea de Cundinamarca, siendo elegido diputado. Y como la Constitución permitía ser electo para varios y simultáneos cargos, de la misma forma fue electo Representante a la Cámara por Cundinamarca. ¿Cómo se logró? La lista del PC tuvo más de 4300 votos en Viotá, la oficial liberal un poco más de 2000 votos y la conservadora poco más de 400. Con esas votaciones a la lista del PCC-Liberal le correspondieron dos curules, a la liberal oficial tres y a los godos –por la repartija milimétrica– cinco cupos. Y en el Valle del Cauca, producto de alianzas de ese tipo se eligió Representante a la Cámara (a más de diputado) al muy viejo amigo del Partido, compañero de lides de Julio Rincón en la recuperación de los ejidos para el pueblo, Antonio Barberena.
Tras las elecciones congresionales el PCC determinó apoyar la candidatura del liberal oficialista Alberto Lleras Camargo, candidato a la presidencia, que se enfrentaba al continuador de Rojas Pinilla, Jorge Leyva, y quien con el apoyo popular obtuvo por más del 77% de los votos. ¿Y cuál fue la primera reacción del recién electo presidente de la república? Ir a la Corte Suprema de Justicia a demandar al Partido Comunista por “fraude constitucional”.
Lo otro, para más tarde.
Alfredo Valdivieso
Secretario general PCC Regional Santander.