En este país del Sagrado Corazón de Jesús es posible encontrar historias que parecen arrancadas de algún libreto de las malas series de televisión o son producto del ingenio de los colombianos que, a veces, es usado para transgredir las leyes.
En las últimas horas, un hombre que fue condenado en 2015 por los delitos de hurto calificado y agravado, y porte ilegal de armas, contaba con el beneficio de casa por cárcel. Residía en el sur de Bogotá, en una vivienda ubicada entre los límites de la localidad de Ciudad Bolívar y el municipio de Soacha.
El Inpec, como entidad encargada de realizar las visitas periódicas a estos reclusos, en una inspección que le hicieron al sujeto para verificar las extrañas señales que emitía el dispositivo electrónico se encontraron que efectivamente sí estaba el brazalete, pero el hombre no lo portaba: lo tenía su gato en el cuello.
Unos sirven, otros no
El sujeto había huido burlando la ley. En dialogo con Caracol Radio, Alejandro Álvarez presidente del Sindicato del Inpec, manifestó que “nos encontramos con la tapa de lo que podría pasar con los brazaletes.
En una inspección que se hizo a un interno, porque uno de estos aparatos, los que sirven porque hay otros que no sirven, este emitió una señal y cuando se fue a verificar, el brazalete se encontraba en el cuello de un gato”. Según los funcionarios, los brazaletes funcionan con el calor corporal, que también puede expeler un animal.
Las evidencias son claras. No es la primera vez que sucede, demostrando que se puede manipular y quitar, inclusive como pasó en esta ocasión, que se la pusieron a una mascota.
En este momento, el Inpec y las autoridades buscan al hombre condenado. También el Inpec precisó en que el Gobierno y los jueces deben buscar soluciones, al elegir de manera adecuada a quién le conceden ese beneficio y en invertir en tecnologías avanzadas para monitorear a los reclusos.