En el mundo de hoy se ha olvidado esa famosa frase “Lo que tiene valor para mí no tiene precio y lo que tiene precio, no tiene valor para mí y más aun de lo importante que es “DAR” la “PALABRA” hasta los bandidos la honran que ironía.
“Ese sí que es un hombre de palabra.” Casi ya no se escucha a nadie decir eso hoy en día, ¿verdad? Lo cierto es que los hombres y las mujeres de palabra son bastante escasos.
¿Te has detenido a pensar cuánto vale lo que dices? Muchos opinan que para sobrevivir en este mundo competitivo es necesario MENTIR, decir medias verdades, romper contratos y dejar esperando a las personas , invitándolos a hacer propuestas cuando el plan ya estaba resuelto como quien dice a dar caramelo.
No le dan mucha importancia a cumplir su palabra, total desde que inventaron las EXCUSAS, todo el mundo queda bien.
Sin embargo, los que razonan así tienen una forma de pensar un tanto limitada. A largo plazo estos hábitos te hacen ganar la reputación de ser una persona irresponsable, insensible, y tramposa. Y la verdad es que eso no te ayudará en ningún ámbito de tu vida, sea profesional, familiar, social o político.
Tu palabra te define
Un gran porcentaje de promesas rotas se originan en situaciones en las que te sientes presionado a decir “sí.” El primer paso hacia la honestidad es aprender a decir “no”. ¿Cómo es esto? Pues, puede ser que sientas vergüenza diciendo “No entiendo,” “No sé mucho acerca de ese tema,” “No creo que pueda terminarlo para esa fecha,” o “No me será posible cumplir con ese horario, o esa cuota.”
No hay nada que confiera más dignidad a una persona que la honestidad.
Lo que si tengo si les digo a todos mis amigos y les doy mi palabra de honor y caballero que CAUCA EXTREMO jamás dejara su norte de INDEPENDENCIA y este donde este , mostrara de manera CLARA y OBJETIVA que es lo que está pasando en nuestra regiones