Esperando que se reabran los templos religiosos para las celebraciones litúrgicas de la navidad, se advierte la llegada de la vacuna contra Covid 19, para contrarrestar los efectos de la terrible enfermedad, que en menos de diez meses ha dejado millón y medio de muertos en el mundo y más de 38 mil personas fallecidas en Colombia.
Aunque se reabren las puertas de la esperanza, por la aparición de la vacuna producida por la Casa Pfizer, por la Universidad de Oxford en Inglaterra y por los científicos rusos que están en la batalla contra la peste asiática, existe moderado optimismo sobre la posible recuperación de la salud de miles de personas que ocupan las salas de Cuidados Intensivos en los diferentes hospitales y clínicas del planeta tierra.
El representante de la Organización Mundial de la Salud para el manejo del COVID-19 en Colombia, Carlos Álvarez, se refirió a la importancia de la vacuna contra el virus que nos está mostrando una luz al final de túnel (…) la vacuna que se logró en menos de 10 meses y que tiene demostrada su eficacia. El proceso de vacunación ha comenzado en Inglaterra con la señora Margaret Keenan, de 90 años, con la mirada esperanzadora de lograr que las personas de la tercera edad puedan sobrevivir a la catástrofe.
En cuanto al suministro de la vacuna para Colombia, Álvarez ha dicho que “el enfoque de las vacunas es el correcto, es el mecanismo en el cual hay diferentes países que invierten para que el desarrollo de esa vacuna sea más rápido. Colombia firmó ese acuerdo y así está asegurando el suministro del medicamento para el 20% de la población”.
Con las luces de la navidad ha vuelto la alegría a los hogares de los cinco continentes y en el panorama nacional de Colombia se han reabierto los templos religiosos para la celebración de la Novena de Aguinaldos, una bella tradición que hace revivir la historia bíblica sobre el redentor de la humanidad, nacido en un pesebre humilde de Nazareth. La multiplicación del género humano ha hecho pensar que en el mundo prevalece la amenaza de nuevas pandemias, para reducir la población mundial, que está saturando y copando los espacios de la productividad mundial.
Se especula con la posible responsabilidad de científicos chinos encargados de producir el temible coronavirus en laboratorios especializados en la producción de armas químicas, dentro de las políticas trazadas a nivel internacional para evitar la explosión demográfica y se ha insinuado que los secretos que mantenían los científicos chinos develan un complot para acabar, mediante estos procedimientos genocidas, con la población mayor de setenta años. En desarrollo de la pandemia ha quedado demostrado que la peste de Covid -19 ha atacado de manera cruel a las personas que padecen otras enfermedades como la diabetes y el cáncer, que cada día golpean con mayor dureza las salas de cuidados intensivos de hospitales y clínicas en el mundo civilizado.
La celebración de la navidad en medio de la pandemia, que ha llegado para quedarse en medio de la comunidad internacional, significa el desafío de la especie humana, para arriesgar sus vidas y enfrentarse a un enemigo microscópico e invisible, que ha tenido las repercusiones de una guerra mundial y que ha destruido las economías de centenares de países, especialmente en Europa, Asia, África, América Central, América Latina y Norteamérica.
Los Estados Unidos, el país más poderoso del mundo, ha aportado más de un millón de muertos, a pesar de poseer en su territorio cuarenta y seis universidades dedicadas a estudiar el fenómeno viral que ha estremecido al mundo.
Apenas se avizora una posible solución científica con la vacuna que ha empezado a aplicarse especialmente en el Reino Unido, esperando que Colombia pueda adquirirlas en poco tiempo, para evitar la racha trágica, que ha dejado cerca de cuarenta mil muertos.