Judicial
Pandillera la acuchilla para no pagarle la cuenta

Betty Agámez Herrera fue agredida en la calle 5 del barrio Fredonia, muy cerca de su casa. Su victimaria le dio nueve cuchilladas que la tienen grave. Permanece internada en un hospital. //
Una sorpresiva reacón de la cliente de una mesa de fritos terminó en un amargo hecho en la calle 5 del barrio Fredonia. El martes, a las 8 de la noche, Betty Agámez Herrera recibió varias cuchilladas que la tienen al borde de la muerte y todo indica que sería una pandillera quien la agredió por no pagarle los fritos que había consumido.
De ‘las Pensionadas’
Según la versión de los familiares de la víctima, la agresora de Betty pertenece a una pandilla del sector llamada ‘las Pensionadas’, la cual es integrada por mujeres.
“La mujer que agredió a Betty llegó a la venta de fritos que esta tiene cerca de su casa en Fredonia. Pidió un plato con varios fritos y un patacón. Se comió todo y se quería ir sin pagar, pero Betty le reclamó”, narró la hermana de la víctima.
El reclamo no le agradó a la mujer, por lo que, en medio de la ira, golpeó la vitrina donde estaban los fritos y la partió. De inmediato, la mujer agarró un cuchillo que estaba en la mesa del negocio y sin pensarlo agredió a Betty.
Al instante, llegaron el tío y el compañero sentimental de la agresora. Dicen que Betty, quien tiene 32 años, resolvió correr para salvar su vida. “Mi hermana siguió corriendo porque escuchó un disparo al otro lado de la calle”, dijo la misma familiar.
La vendedora de fritos intentaba llegar a su casa, pero a solo una cuadra de lograrlo, decidió esconderse en un lote donde hay una pila de arena, tapada con un plástico negro.
Sin embargo, su agresora estaba cerca y descubrió dónde se escondía, y la sorprendió. A la pandillera no le tembló la mano para ensañarse con la vendedora de fritos y darle ocho cuchilladas más. La comerciante gritaba pidiendo ayuda y cuando su agresora sació su sed de sangre, se marchó.
La víctima sufrió heridas en un brazo, el cuello y la cabeza.
Vecinos de la negociante fueron quienes se dieron cuenta de lo que pasaba, por lo que rápidamente salieron a auxiliarla y la llevaron hasta el hospital. “Primero, la embarcaron en una moto y cuando llegaron al CAI del barrio, la subieron a un carro para llevarla hasta el Hospital Universitario”, indicó otro familiar.
Miembros de la Policía Metropolitana de Cartagena llegaron al sitio, pero ya la víctima estaba en el hospital y la agresora había huido. Ahora investigan lo que realmente sucedió para identificar a la agresora y capturarla.
Según los familiares, Betty nunca ha tenido problemas con su agresora, ni tampoco vivió una situación similar a la del martes en la noche.
Los familiares de Agámez Herrera piensan denunciar la agresión en la Fiscalía para que la agresora responda por lo que sucedió. Betty reside en la misma calle donde ocurrió el hecho y tiene más de nueve años con su negocio de venta de fritos. Tiene tres hijos.