En las calles bulliciosas de Popayán, entre el aroma de los cafés y el murmullo de las conversaciones de los Corrillos del Parque Caldas, se teje una red invisible pero poderosa: la red de quienes piensan en la ciudad.
No son solo urbanistas o políticos, sino también ciudadanos comprometidos, jóvenes soñadores y comunidades altruistas. Juntos, forman un tejido que busca transformar la realidad, una realidad que a veces parece inmutable, pero que en realidad está esperando ser moldeada por manos apasionadas y mentes creativas algo complicado donde el embrujo del mal de los Mediocres #laenvidia pulula en todas partes .
Pensar Ciudad es más que planificar calles y edificios. Es imaginar espacios que respiren, que se adapten a las necesidades cambiantes de la comunidad. Es concebir parques donde los niños jueguen y los abuelos compartan historias. Es trazar rutas seguras para los ciclistas y diseñar parques que sean oasis de verdor en medio del concreto donde empiece a funcionar la esperada Movilidad. El urbanismo con propósito no solo se trata de estructuras físicas, sino de cómo esas estructuras influyen en la calidad de vida de las personas, que los sueños de aquellos emprendedores se hagan realidad donde permitan que su vida sea cada día mejor.
Pensar Ciudad es también tender puentes entre comunidades. Es reconocer que las soluciones no siempre vienen de arriba, sino que emergen de la colaboración horizontal entre vecinos, entre aquellos empleado que se sienten Dioses porque son secretarias, subgerentes o algún cargo en el momento olvidando que de esos ya hemos visto salir donde se dedican a gastar sus ahorros por su trabajo y muchos por el CVY del momento mal ganado por la posición que tuvieron o tienen algunos aun.
Es el albañil que comparte su conocimiento con el arquitecto, el ama de casa que lidera un proyecto de reciclaje y el joven que organiza talleres de arte en la plaza del barrio o algún medio de comunicación que muestra las verdades sin convertirse en esos mercenarios que difunden al acomodo del comprador la noticia para dañar o la red social falsa que daña la imagen del que sea por centavos. La solidaridad no es solo un concepto abstracto; es la fuerza que impulsa a la ciudad hacia adelante.
Pensar Ciudad no se limita a las fronteras locales. Es mirar más allá, hacia los fondos internacionales que pueden financiar proyectos transformadores. Es saber cómo acceder a esos recursos y, al mismo tiempo, asegurarse de que se apliquen de manera transparente y efectiva en proyectos que beneficien a todos. La ciudad no es un aislado islote; es parte de una red global, y debemos aprovechar esas conexiones para el bien común para que juntos podamos crecer, fiel imagen de esa actitud se resalta en cada esfuerzo que realiza la lideresa Ana Fernanda Muñoz Otaya de la cámara de comercio que se levanta siempre con algo diferente para que no caiga el ánimo de los pocos empresarios que sobreviven cada día para mantenerse a flote .
Pensar Ciudad es reunir a arquitectos, sociólogos, economistas, artistas, periodistas y ecologistas en una mesa común. Es reconocer que los problemas urbanos no tienen una única solución, sino que requieren una mirada holística. El equipo integral multidisciplinario no solo resuelve problemas; también crea oportunidades. Es la sinfonía de voces diversas que construye una ciudad más resiliente y vibrante como es la bella capital del Cauca nuestra ciudad blanca Popayán.
Pensar Ciudad es invitar a los ciudadanos a la mesa de decisiones, escuchar sus voces y considerar sus ideas. Es fomentar la cultura cívica, donde cada voto cuenta y cada opinión importa esfuerzo que se ve reflejado en la oficina de prensa coordinada por la comunicadora ARIADNE VILLOTA OSPINA que la atacan muchos por mostrar las cosas con los recursos asignados por su jefe donde todos aguardan ese anhelado plan de medios prometidos por su jefe el alcalde.
La cultura no solo se encuentra en los museos y teatros; está en las calles, en los corrillos del Parque Caldas, en las galerías, en las expresiones cotidianas de la gente. La ciudad es un lienzo en blanco, y todos somos artistas donde reír muchas veces es una paradoja con tanta hipocresía que se vive en el ambiente donde se olvidan muchos que la escalera se sube y se baja donde esos que ahora están en algunas posiciones que ostentan poder lo hemos visto salir de allí donde en la calle siguen siendo simples lagartos del momento y nosotros seguiremos siendo periodistas en esta bella ciudad para muchos odiado para otros amados pero allí siempre estaremos.
Pensar Ciudad es también un llamado a un nuevo aire en las políticas sociales. Es reconocer que la juventud no es solo el futuro, sino el presente. Es darles el espacio para liderar, para proponer, para actuar. Es brindar oportunidades para que los estudiantes no solo estudien, sino también sirvan donde sus maestros se olvidan que protestar no es cerrar vías o ensuciar las paredes. El servicio social no debería ser una carga, sino una oportunidad para transformar vidas y comunidades.
La imperante necesidad de encontrar una entidad, más allá de lo convencional, se hace evidente en la búsqueda por transformar nuestra ciudad. Esta alianza multidisciplinaria no solo resolverá problemas, sino también creará oportunidades. Imaginemos un espacio donde la solidaridad sea la fuerza que impulse a la ciudad hacia adelante. En este lienzo en constante evolución, nosotros, los arquitectos de nuestro destino urbano, debemos actuar. Pensar Ciudad es más que una frase; es un compromiso, una promesa de materializar una ciudad más humana, justa y para todos. Es momento de que Popayán empiece a pensar ciudad donde jamás olvidemos que la parte más importante de todo esto eres tú, es el, es ella, soy yo, somos todos, Dios bendiga esta bella ciudad llamada Popayán y cada habitante de ella.