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Pongámonos en la tarea de ser capaces de descubrir lo bueno, que como es lógico, también debe existir en nuestros semejantes

Todas las dramáticas escenas de violencia que por los paros y marchas de protesta, a diario estamos viendo, deberían servirnos para pensar, que, equivocadamente estamos yéndonos por los más erráticos senderos.
Y hago esta aseveración, porque pareciera que muchos son los que están creyendo que para hacerse escuchar se debe acudir a la violencia, ya que el actuar de manera pacífica, decente y respetuosa, es hacer dejación de la justa lucha por la defensa de nuestros sagrados derechos.
Despojémonos de esa hipoteca que nos condiciona a seguir con la tendencia de estar encasillando a los buenos y los malos.
No señores. Pongámonos en la tarea de ser capaces de descubrir lo bueno, que como es lógico, también debe existir en nuestros semejantes.
Partiendo del principio que ninguna manifestación de violencia está justificada, también es tiempo para empezar por no comulgar con todas esas manifestaciones de odio, insultos y descalificaciones de todo tipo y que desde todos los ángulos se disparan.
Es este el instante en que apartándonos de la violencia, debemos estrechar nuestros lazos de entendimiento, paz y amistad.
Ya es diciembre, el mes propicio para vivir con grandeza, bondad, solidaridad, apertura, justicia y mucha capacidad de diálogo, amor y paz, antes que seguirnos matando.
Como todo esto que estamos viviendo es muy preocupante y nos tiene que generar cambios de actitud, que sea el Dios de la comprensión y la paz, el que nos arrope y salve de la amenazante hecatombe que está a punto de precipitarse sobre todos nosotros
IMAGEN TOMADA DE INTERNET