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Prejuzgar es Tan fácil…

“Gran ciudad maledicente es la nuestra: ninguno escapa a la maledicencia”: Cicerón.2324
Hace años atrás oí una noticia que me llamó mucho la atención y ésta decía: “Absurdo caso del ‘primer extraditado’ de Farc, quien resultó inocente. Nelson Vargas Rueda estuvo detenido cuatro años y medio injustamente. Fue acusado de homicidio”. (Ver link24)
Don Nelson un humilde vendedor de plátano fue capturado y acusado de asesinato pero, el punto aquí más allá de las indemnizaciones económicas recibidas es, ¿cómo se repara la honra de una persona?
Pero, antes de continuar leyendo hagámonos la siguiente pregunta: ¿Qué es prejuzgar? Según el diccionario: (Verbo transitivo) “Juzgar a una persona o una cosa antes de conocerla o sin tener los datos suficientes”.
Ahora bien, la historia anterior es una de muchas otras que abundan en la cotidianidad que nos debe llevar a tomar una nueva actitud sobre todo a aquellos que irresponsablemente lanzan juicios a priori y “masacran” moralmente sin dar la oportunidad a las personas de defenderse; vemos que las autoridades legítimas responsables de aplicar la ley fallaron en su procedimiento, abusaron de sus funciones y encerraron a un inocente por cuatro años y medio.
¿Si fallan -ya sea por acción u omisión- las autoridades a la hora de llevar a una persona ante los jueces ahora, cómo será la ciudadanía prejuzgando sin saber? Y es aquí, donde debemos ser reflexivos y cautos, es aquí donde debemos hacer un alto y repensar si virilizamos una noticia que puede resultar falsa donde lo grave del asunto después de compartir dicha noticia falsa es cómo hacemos para devolver el tiempo cuando el daño está hecho.
Lastimosamente en Colombia la sociedad señala sin ni siquiera hacer un juicio de valor y poder determinar para condenar o absolver una conducta humana y a esto, agreguémosle las redes sociales junto a algunos medios de comunicación que no se escapan a la hora de asumir la responsabilidad sobre las publicaciones apócrifas o malintencionadas que hacen de “X” o “Y” persona.
Es importante tomar una actitud objetiva, no asumir una opinión sobre alguien o algo con la primera noticia que salga a la luz pública, es imperativo tomarnos el tiempo de indagar, de escudriñar qué tan verídico es, quién es la fuente y luego si, formarnos a una idea clara del fenómeno noticioso puesto que, si tomamos la noticia irresponsablemente y la difundimos causaremos un daño irreparable sobre la dignidad de la persona.
La Corte Constitucional en su sentencia C-289 del 2012 nos dice lo siguiente: “La presunción de inocencia es una garantía integrante del derecho fundamental al debido proceso reconocida en el artículo 29 de la Constitución, al tenor del cual “toda persona se presume inocente mientras no se le haya declarado judicialmente culpable”.
Los tratados internacionales sobre derechos humanos ratificados por Colombia –que hacen parte del bloque de constitucionalidad en virtud del artículo 93 de la Constitución- contienen dicha garantía en términos similares. Así, la Convención Americana sobre Derechos Humanos establece en su artículo 8 que “toda persona inculpada del delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se establezca legalmente su culpabilidad”. Y, a su turno, el artículo 14.2 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos prescribe que “toda persona acusada de un delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad conforme a la ley”. Como se deriva de las normas transcritas, la presunción de inocencia acompaña a la persona investigada por un delito “hasta el fallo o veredicto definitivo y firme de culpabilidad”.
La Corte nos dice claramente lo importante que es respetar este principio constitucional para la armonía que debe haber entre los ciudadanos y las leyes que regulan nuestras conductas donde prime siempre la verdad, donde las autoridades actúen en derecho dando garantías para los investigados y presumiendo la inocencia o comprobando su culpabilidad.
Aprovecho este espacio brindado para enviar un mensaje de solidaridad al doctor Edwin Ballesteros, Representante a la Cámara de Representantes por Santander quien ha sido objeto de innumerables ataques políticos, ataques a su dignidad y a su familia, ataques que solo tienen el objetivo de sacarlo de su carrera política. Cierto día me dijo: “Las autoridades están en el deber de investigarme y yo, en mi derecho de defenderme, tengo pruebas de mi inocencia por eso estoy tranquilo”.
Mi mensaje amigos, es el de respetarnos mutuamente independiente de nuestro pensamiento político, nuestra raza o nuestra religión, en filtrar muy bien la información que nos llegue y en poner en práctica valores y virtudes que nos hagan dignos seres humanos.
Por: Lenin E. Pabón