The Economist eligió a Colombia como el país del año y calificó como colosal la decisión de hacer la paz. El semanario británico analizó qué países mejoraron en 2016 y entre los candidatos a ser declarados país del año se contaban también Estonia, Islandia, China y Canadá. “Sin embargo, nuestra selección es Colombia, por hacer la paz en 2016. Este fue un logro colosal”, subrayó.
El semanario explicó que “para ganar el premio al país del año de The Economist, no basta con ser un pacífico y rico. Nuestro objetivo es recompensar la mejoría”.
Señaló que “el conflicto entre el gobierno de Colombia y los insurgentes marxistas de las FARC duró medio siglo y se cobró quizás 220.000 vidas. En un momento dado, el país estaba a punto de convertirse en un estado fallido, algo que ahora es inconcebible”.
La pesadilla terminó en 2016. El presidente Juan Manuel Santos firmó un acuerdo de paz con las FARC y lo sometió a un referéndum”, indicó.
Agregó que tras el revés ocurrido en el plebiscito, las dos partes se sentaron de nuevo y respondieron algunas de las objeciones.
“Como la mayoría de los acuerdos de paz negociados, el de Colombia es incompleto e implica duros compromisos. Pero la alternativa es peor. Colombia es un digno ganador”, concluyó.
La historia detrás de la elección
Primero fue el reconocimiento con Premio Nobel de Paz al presidente Juan Manuel Santos, ahora es el país completo
La publicación destaca que el gobierno de Santos y las FARC se sentaron de nuevo para resolver algunas objeciones al acuerdo original después de que los votantes lo rechazaron por un estrecho margen en el plebiscito del 2 de octubre, debido a que, presuntamente, “los líderes de las FARC no fueron castigados con bastante severidad”, y que el nuevo acuerdo ya avanza en el Congreso.
“Si los votantes quieren arriesgarse a volver a la guerra, pueden votar en 2018 por un candidato presidencial que prometa penas más severas para los jefes de las FARC, advierte The Economist. Mientras tanto, los rebeldes están listos para entregar sus armas”.
Añade que, como ocurre con la mayoría de las negociaciones para acabar con un conflicto armado, el acuerdo de paz colombiano implica ceder en temas espinosos, pero “la alternativa es peor. Colombia es un digno ganador”.
“En un momento dado, el país estaba a punto de convertirse en un estado fallido, algo que ahora es inconcebible”, sentencia The Economist en el breve editorial en que explica su decisión
El texto hace un rápido recuento de los crímenes de las FARC, como el secuestro, el narcotráfico y la extorsión, así como de los excesos de las fuerzas gubernamentales, incluidos los llamados ‘falsos positivos’. “La pesadilla terminó en 2016 (toquemos madera)”.
Mientras la mayoría de las publicaciones dedican ediciones especiales al personaje del año, The Economist optó desde 2013 por elegir a un país. En ese año escogió al pequeño Uruguay por sus reformas innovadoras, como la legalización del matrimonio gay y la marihuana.
Túnez fue el elegido en 2014 gracias a su nueva constitución, y Myanmar en 2015 tras superar años de aislamiento y dictadura militar.
Los contendientes de 2016, explica el semanario británico, incluyeron a Islandia, que lideró el crecimiento económico, o Canadá, que se ha mantenido como una democracia liberal y abierta a la inmigración a pesar de los embates del populismo en otros países desarrollados, como su vecino norteamericano. Gracias a que la paloma de la paz alzó vuelo, Colombia los superó.