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“Si no estuviera de acuerdo con el proceso lo habría dicho hace tiempos”

El Vicepresidente Germán Vargas Lleras, rompió su silencio sobre el proceso de paz y, aunque criticó algunos aspectos del Tribunal Especial para la Paz, dijo que existió un minucioso diseño que no se presta a equívocos para la desmovilización por parte de las FARC.
En una entrevista a Revista Semana, aseguró que éste proceso es “la esperanza que produce que, después de más de 30 años de intentos fallidos desarrollados por todos los gobiernos desde 1982, tengamos un acuerdo cerrado y definitivo que pone fin al conflicto y conduce a la desaparición de las FARC como organización armada”.
El Vicepresidente –contrario a lo expresado por el expresidente Cesar Gaviria el día anterior- comentó que, “tengo que destacar el nivel de detalle en los mecanismos de verificación para el cumplimiento de lo pactado, que garantiza que durante el proceso de desmovilización y entrega de las armas haya un monitoreo efectivo, tecnificado y oportuno, y procedimientos concretos para resolver las dificultades que surjan”.
Aclaró que “de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) me gusta que, por encima de todo, estimula que los investigados digan la verdad sobre su participación en los delitos cometidos en todos estos años. Un guerrillero que cuente todo aquello en lo que estuvo involucrado tiene mucho que ganar (…) Y quien no lo haga tiene mucho que perder, pues se expone a largos años de cárcel efectiva”.
Frente a su silencio durante los diálogos, Vargas Lleras aseguró que, “si algo me reconocen tanto amigos como contradictores es que digo lo que pienso y nada me callo. Si no estuviera de acuerdo con el proceso lo habría dicho hace tiempos. Estoy convencido de que la apuesta por la negociación fue el paso correcto frente a una guerrilla que había sufrido durísimas derrotas militares, gracias al sacrificio y profesionalismo de nuestra fuerza pública”.
Justificó también su silencio en que, “las funciones del vicepresidente son las que de manera clara y específica me asignó el señor presidente y que se circunscriben, de manera exclusiva, a la coordinación de las áreas de vivienda, infraestructura y agua potable. He respetado de modo riguroso esos límites y, en esa medida, he evitado opinar sobre cualquier asunto que esté fuera de mis competencias. ¿O acaso alguien me ha visto opinar sobre temas de salud, empleo, agricultura, telecomunicaciones, relaciones exteriores, comercio o industria?”
Frente a los atentados sufridos y su perdón a la guerrilla, expuso que “aunque nunca se han esclarecido del todo esas autorías, y ojalá eso ocurriese en la nueva jurisdicción, no dudo que al menos uno de los atentados tuvo origen en las FARC. Pero mi caso personal no condiciona la objetividad de la valoración que hago de los acuerdos alcanzados en La Habana. Hay millones de víctimas que merecen mucha más atención y que esperan, con razón, el estricto cumplimiento de los postulados de verdad, justicia y reparación que los acuerdos prometen”.
Con respecto a las relaciones con el Presidente santos, expuso que “han sido y son excelentes. Vivo muy agradecido con las oportunidades que me ha brindado y con el apoyo permanente que de él he recibido para sacar adelante los logros en infraestructura, vivienda y agua potable”.
La papa caliente de los diálogos
El Vicepresidente Germán Vargas Lleras dijo que en el punto de la Jurisdicción Especial para la Paz, hay razonables inquietudes en muchos sectores del país. “Tendrá competencia no solo sobre los exmiembros de las FARC y los integrantes de la fuerza pública, sino sobre aquellos civiles que directa o indirectamente hayan tenido alguna participación en, por ejemplo, la financiación de grupos armados ilegales. Un empresario que pagó porque lo estaban extorsionando tendrá que demostrar que lo extorsionaban, y eso no es sencillo porque una extorsión no se hace por medio de un documento escrito con firma responsable. Otros pagaron por temor, porque un grupo armado dominaba la zona donde operaban sus negocios y ese miedo los llevó a pagar”.
Frente a las críticas acerca de crear la Jurisdicción de Paz implica desconocer a la Fiscalía, a los jueces y hasta a las altas cortes, dijo que es entendible que, por las particulares circunstancias de este proceso, haya sido necesario crear una jurisdicción como esta, “discrepo de las excesivas facultades que se le están otorgando. No comparto, en lo absoluto, que pueda revisar sentencias en firme, emitidas por la jurisdicción ordinaria, como la sala de casación penal o los tribunales. También valdría la pena precisar por cuánto tiempo operará la Jurisdicción de Paz, de modo que no vaya a ser indefinida y termine sustituyendo el actual sistema judicial”.
Y concluye que “si algo hay que destacar de este acuerdo es que respeta la institucionalidad del Ejecutivo y del Legislativo, pero no así la de la Rama Judicial. A este respecto, me ha sorprendido mucho el silencio guardado por los voceros de la Corte Suprema”.