Es hora de condenar con determinación y firmeza las formas de agresión y violencia que toman por objeto a las mujeres. Debemos acudir a este llamado de extrema urgencia, emprendiendo acciones enérgicas, decididas y eficaces contra todo lo que sea discriminación, ataque y degradación de la mujer.
Junto a la condena y el rechazo de injurias y ataques, es necesario promover iniciativas concretas y medidas legales que frenen y acaben todas las formas de violencia contra las mujeres.
Paralelamente hay que hacer un intenso trabajo educativo para que se despierte en el patrimonio cultural de la humanidad la conciencia de que las mujeres como seres humanos son iguales en dignidad y le corresponden los mismos derechos y obligaciones de todos esos “Machistas” que deberán “Irse al Carajo”.