El atractivo principal del fútbol radica en que nada está escrito y que en un pestañeo, por error del rival o por virtudes propias, se puede darle al vuelta a un resultado y de la decepción pasar a la gloria eterna.
Con un Álvaro Montero que dio seguridad en la portería a pesar de su juventud. Con un Fáiner Torijano aplicado en defensa. Con un Rafael Robayo que le demostró al mundo que no está acabado y sigue entero. Con un Yohandry Orozco que le dio ideas a un ataque descomunal. Con un Sebastián Villa que siempre se atrevió a lo distinto, que se arriesgó, que corrió y que con sus jugadas enloqueció a las defensas rivales. Con un Ángelo Rodríguez que se vistió de goleador, pero que se puso el overol en los momentos adversos. Y con un Alberto Gamero que nunca deja de soñar en equipos humildes, pero con anhelos inversamente proporcionales a su historia.
El samario de 54 años le dio la segunda estrella al cuadro de Ibagué tras la conseguida en 2003. Y así como en 2008, cuando le dio el título al Chicó, volvió a romper los moldes y pronósticos. Gamero es el primer técnico de la historia en clasificar 14 veces a las fases finales de la liga colombiana. ¿Con cuáles equipos lo hizo? Chicó (7), Tolima (6) e Itagüi (1). Potenciar los planteles modestos, su mayor virtud. Uno de los mejores técnicos colombianos de la actualidad.
Tolima había pedido 0-1 en el partido de ida, en Ibagué, por lo que necesitaba ganar para soñar con el título. El marcador lo abrió Sebastián Villa al inició del segundo tiempo con un centro que rozó en Jorman Campuzano y que terminó en el fondo de la red. Complicidad de Fernando Monetti, quien no cubrió bien su palo.
Al minuto 66, Helibelton Palacios centró un balón preciso para Vladimir Hernández, quien de cabeza anotó el tanto, que de momento, significaba el título para Nacional. Y cuando todo parecía perdido para los pijaos en el las tribunas del Atanasio Girardot comenzaba la celebración, apareció Danovis Banguero con un cabezazo al minuto 93 que le dio vida al Tolima para los tiros desde el punto penal. Otra vez, el arquero de los verdolagas se vio frágil.