Judicial
Víctima de atentado con granada en Bucaramanga fue asesinado

Néstor Armando Gutiérrez Gómez, de 27 años, una de las seis víctimas que dejó la explosión de una granada en la carrera 12 del barrio Kennedy, en el Norte de Bucaramanga, el pasado 23 de abril, fue ultimado de varios tiros por sicarios.
Ayer, los familiares de Néstor Gutiérrez reclamaron en Medicina Legal, seccional Bucaramanga, el cuerpo de la víctima.
Néstor Gutiérrez Gómez tenía 27 años.
El homicidio ocurrió a las 9:00 de la noche del domingo, cuando la víctima se desplazaba desde su residencia en el barrio El Pablón, Norte de Bucaramanga, en una motocicleta Yamaha BWS hacia el barrio Colorados, para comprar la comida de él y su pareja.
De acuerdo con información de la Policía Metropolitana de Bucaramanga, los sicarios aprovecharon que el hombre se movilizaba por una vía desolada, lo interceptaron y lo atacaron con armas de fuego.
La víctima quedó tendida en la carretera junto al vehículo mientras los agresores huyeron del lugar. Minutos después otro motociclista que transitaba por el sector halló el cuerpo sin vida, lo reconoció y dio aviso a la compañera sentimental.
Hasta el momento la Policía investiga si existe alguna relación entre el estallido de la granada y el sicariato. Sin embargo, ya se tiene una posible hipótesis que obedecería a una venganza de tipo familiar.
“Los investigadores están estableciendo si existe algún hecho o causa común entre los dos casos, pero por el momento lo que tenemos es que esta persona pierde la vida por una venganza entre familias por unos hechos ocurridos hace tres años. Por esta situación la víctima había abandonado la ciudad, se fue a prestar el servicio militar. Una vez terminó el servicio volvió hace tres meses”, explicó el coronel Harold Mauricio Hincapié Medina, comandante operativo de la Policía Metropolitana de Bucaramanga.
Responde la familia
En diálogo con esta redacción, el tío y el padre del occiso informaron que su familiar nunca les manifestó tener alguna amenaza.
“No tenemos mucho conocimiento de los hechos. Sabemos que unos hombres le pegaron ocho tiros cuando bajaba de El Pablón. Él había quedado con problemas en la pierna derecha y los oídos a raíz del ataque con la granada. Hasta el momento la Policía no nos ha confirmado más nada”, manifestó un familiar.
Según se pudo establecer, una vez Gutiérrez Gómez llegó del servicio militar empezó a trabajar en el local comercial que fue blanco del explosivo. Desde ese día no pudo volver a ejercer ninguna actividad, tras las secuelas físicas.
“Él estaba laborando en el negocio de celulares con el propósito de reunir dinero y poder pagar la carrera profesional en el Ejército. Mañana (hoy), debía presentarse en el Hospital Universitario de Santander, HUS, para que le retiraran unas platinas. Ahí esperaba quedar sano y volver a trabajar”