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Votar para elegir a los mejores en la presidencia y en la vicepresidencia de Colombia es un deber y un derecho de obligatorio cumplimiento.

Son demasiados los problemas que afronta Colombia, luego de ocho años del gobierno del Presidente Juan Manuel Santos, que dejará un hueco fiscal de imprevisibles consecuencias y un endeudamiento externo que supera las capacidades inmediatas del país para cubrir sus obligaciones. La deuda externa ha superado la cifra de ciento treinta mil millones de dólares, que hacen improbable el pago de intereses a la banca multilateral. En el orden interno, se multiplicaron los gastos y se vendieron activos como la Central Hidroeléctrica del Río Sogamoso, que era de la nación, para arbitrar recursos de caja que se diluyeron en el manejo financiero del Ministerio de Hacienda.
En el proceso de paz con las guerrillas de las FARC se comprometieron los ingresos provenientes de la última reforma tributaria, que ha sido confiscatoria para el sector productivo y unas obligaciones extravagantes para el sostenimiento de la llamada “Justicia Especial para la Paz”, cuyos magistrados, jueces y funcionarios auxiliares le costarán miles de millones de pesos a la nación, para sostener una burocracia judicial innecesaria. El Acuerdo de Paz, que permitió la desmovilización de numerosos insurgentes, todos los cuales devengan un salario mensual a través de la Unidad Nacional de Protección, ha costado cifras impresionantes del presupuesto de la nación, además del sostenimiento de las universidades públicas, de los colegios y escuelas oficiales, y del aparato judicial más costoso del mundo.
En el escenario internacional y especialmente en la política de fronteras, hemos perdido durante el gobierno del presidente Santos siete mil kilómetros cuadrados de la plataforma submarina continental, cedidos a Nicaragua por la Corte Internacional de la Haya, debido a la falta de cuidado de los ‘expertos’ contratados por la nación para dirimir ese pleito, que ha puesto en peligro nuestra soberanía sobre el Archipiélago de San Andrés y Providencia. El nuevo presidente de Colombia deberá ocuparse de la problemática social en nuestras zonas fronterizas con Ecuador, Panamá, Brasil y Venezuela, además de las dificultades que se registran por la expansión de Nicaragua sobre el Mar Caribe.
Las relaciones diplomáticas con Venezuela atraviesan por su peor momento, con el aumento del problema migratorio que padece Colombia, por el flujo de ilegales que se han tomado zonas urbanas y rurales de nuestro país en busca de subsistencia. En el orden interno, los costos de funcionamiento de la rama legislativa y de la rama judicial han desbordado la capacidad financiera de la nación, que paga escandalosos emolumentos en los más altos niveles de la representación popular y en el sostenimiento de las altas cortes. El régimen pensional, convertido en una bomba de tiempo a punto de estallar, requiere una legislación que proteja los derechos adquiridos y defina hacia el futuro de qué manera los colombianos mayores de sesenta años pueden obtener una pensión digna.
En las elecciones presidenciales de este domingo 17 de Junio el estado colombiano invierte algo más de doscientos treinta mil millones de pesos, incluidos los millonarios subsidios que recibirán las seis campañas electorales que llegaron hasta el final de la contienda política, algo más de cuatro mil pesos por cada voto que, sobre un universo de quince millones de sufragantes, representan una cifra muy alta que debe asumir la nación y que pagamos todos los contribuyentes.
Las elecciones se definen en esta segunda vuelta, las cuales la gente tendrán dos opciones Iván Duque la gran derecha Manejada Por Álvaro Uribe Vélez y Gustavo Petro un hombre que busca la igualdad Social, recordando en sus principios y valores a seres valiosos como Álvaro Gómez, Luis Carlos Galán y Gaitán Mártires de las luchas por la igualdad de los Colombianos asesinados por la derecha Colombiana.
Votar para elegir a los mejores en la presidencia y en la vicepresidencia de Colombia es un deber y un derecho de obligatorio cumplimiento