YURUPARY: REPARTIDOR DE MISOGINIA

En el tiempo primigenio de la Sierra del Tenui,
del Amazonas sin fronteras, ni país al que atribuir;
las mujeres, madres, abuelas eran las tixáuas del maíz.
Aun cuando el hombre casi muere por la epidemia del viril,
reunidas maquinaban soluciones para vivir.
En una de aquellas charlas a las orillas del Muypa,
estando todas ellas congregadas y en paz,
la empresa maliciosa maquillada de bondad,
del Sol y su búsqueda por una mujer esclava, dama conyugal,
iniciaba su carrera de la forma mas brutal.

De anciano disfrazado un joven, con mascara de Payé,
metíose al logo en que chapoteaban las matronas
y mientras conversaban del futuro de su clan,
escurridizo el hombre a todas fecundó.

De esta nueva generación, una hermosa niña de nombre celestial:
Seucy de la Tierra por su belleza angelical.
Casta, fue desflorada vagamente por la fruta del Pyhican.
Quien daría a luz al “héroe”  esbirro del dios Sol.
Cuya única labor a toda costa es encontrar a una mujer vasalla, sin curiosidad
y oyente de todos los secretos del dios  sin rechistar.

Para encontrar a la mujer del sol, al héroe le fue ordenado llegar a todas las comunidades Matriarcal, e imponerles nuevas leyes de corral
donde ninguna hembra dice, curiosea o incita a refutar
y mucho menos puede ser Tixáua o contertulia del encuentro concejal
y aquella que no cumpla con las leyes debe someterse a la pena capital.

Y así va el héroe y sus lacayos
sometiendo con sus leyes a las mujeres por encargo.
Recolectando también historias como el desfloro de Curan
quien fue violada por Caminda  en una fiesta del papá;
luego Yurupary y Ariadna, el padre, los casaron y ya todo está.
O la ocurrencia de Date, seguidor de Yurupary
que en su matrimonio con Naruma, la Tixáua naruna
utilizó la magia de dios respaldada por Yurupary
y les borró la memoria a todos para que olvidaran que Naruma hacia su voluntad.
Y cómo no olvidar el destino de Carumá, la única mujer del “héroe”
que cuando este se marchó, primero la escondió
y con la magia de dios en una montaña la convirtió.

Lenin Jhoan Diaz Tello.

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